Por J. Gilbert/J.P. Rathbone
Buenos Aires/Londres
A la vez que busca ganar acceso a los mercados internacionales de capital, Argentina impuso ayer nuevas restricciones a las compras online, lo que ha sido su último intento parea frenar la fuga de capitales y evitar una posible crisis de balanza de pagos.
Todos los que compren bienes a través de sitios web internacionales como Amazon deben firmar una declaración y presentarla en las oficinas de aduana, de donde se recogen los paquetes.
Además, los argentinos sólo pueden comprar dos productos internacionales al año, libre de impuestos, hasta un total de US$ 25. Si superan eso, tienen que pagar un impuesto de 50%.
Jorge Capitanich, el jefe de gabinete del gobierno de Cristina Fernández, dijo que la medida era para defender los intereses nacionales al sustituir bienes extranjeros por productos nacionales.
“Debemos preguntarnos si queremos a la industria argentina, a los trabajadores argentinos”, comentó. Sin embargo, los analistas dicen que tendría poco efecto en frenar la salida de reservas internacionales, las que han caído US$ 1.000 millones este año para quedarse en US$ 25.900 millones el lunes. Argentina tenía US$ 40.000 millones en reservas al comienzo del año pasado.
“La medida es solo un parche”, señaló Ricardo Delgado, director de la consultora local Analytica. “Sólo se abordan los síntomas de la caída de las reservas, no la causa, que es una alta inflación”.
Estimaciones privadas ponen a la inflación a más de 28%, lo que se compara con la tasa oficial del gobierno de 11%. La alta inflación también impulsó el valor del tipo de cambio del mercado negro -o blue- a casi 12 pesos por dólar frente a la tasa oficial de 6,9 pesos por dólar.
El gobierno dijo que se estaba planeando tomar medidas drásticas contra el dólar blue, “aunque obviamente no voy a decir cuáles son antes de que ocurra”, enfatizó Capitanich