El Fondo Monetario Internacional (FMI) abogó hoy por
intervenciones "decisivas" y "rápidas" en los mercados para
restablecer la confianza en el sistema financiero, cuya crisis amenaza con
hundir la economía del planeta.
El FMI, guardián de la ortodoxia económica, reconoce en su
informe semestral sobre la estabilidad financiera publicado hoy que los
gobiernos de los países afectados no pueden quedarse de brazos cruzados y
esperar a que el libre mercado lo arregle todo.
El organismo estima que los principales bancos
estadounidenses y europeos necesitarán captar US$ 675.000 millones en capital
nuevo en los próximos años para fortalecer sus reservas y permitir un
crecimiento modesto del crédito.
Sus fondos están actualmente dilapidados por las caídas en
picado del valor de sus inversiones en títulos hipotecarios. El FMI calcula que
sus pérdidas ascenderán a 1,4 billones de dólares.
Hace dos semanas, el director gerente de la institución,
Dominique Strauss-Kahn, ya había adelantado una cifra de pérdidas de 1,3
billones, mientras que en la última edición del informe de estabilidad
financiera, en abril, el Fondo había calculado que el agujero no llegaría a un
billón de dólares.
La crisis financiera agudizará la ralentización económica
mundial y podría dar lugar a un círculo vicioso, en el cual la debilidad
económica empeore los mercados de crédito, según el FMI.
Las intervenciones "caso por caso" por parte de
los gobiernos de Estados Unidos y algunos países europeos para asumir el
control de instituciones financieras con problemas no han devuelto la confianza
porque no han ido al meollo de los problemas, a juicio del Fondo.
El organismo recomendó medidas más rotundas, en vista de las
"circunstancias excepcionales".
Esas medidas deberían incluir inyecciones de capital público
directamente en instituciones que cuenten con "bases sólidas",
mientras que los Gobiernos deberían permitir que se desmantelen bancos "no
viables".
El FMI también está a favor de que las autoridades
económicas de los países más afectados por la crisis compren los títulos
"tóxicos" a los bancos.
Ese es el corazón del programa de rescate financiero
aprobado la semana pasada por el Gobierno de Estados Unidos, que dedicará un
máximo de 700.000 millones de dólares a quitarles de las manos a los bancos la
deuda que nadie quiere comprar.
El Fondo señaló que es buena idea aumentar la garantía
pública de los depósitos de los ahorradores, aunque enfatizó que debe ser una
medida temporal y coordinada entre diferentes países.
Los ministros de Finanzas de la Zona Euro (Ecofin)
acordaron hoy elevar a 50.000 euros la garantía de los depósitos en caso de
quiebra de una entidad.
Ya el lunes, los ministros del Ecofin llegaron a un acuerdo
para elevar esa garantía por encima de 40.000 euros, que deberá ser aprobado
por los 27 países miembros de la Unión.
Estados Unidos ya ha subido de 100.000 a 250.000 dólares
la garantía, lo que significa que el Gobierno devolverá a los clientes hasta
esa cantidad si quiebra el banco en el que tienen su cuenta.
En su informe, el FMI también recomendó a los Gobiernos
establecer un mecanismo de coordinación entre las diversas agencias reguladoras
nacionales e internacionales para responder "rápidamente" a las tensiones
en los mercados.
El organismo cree que la crisis probablemente destruya un
amplio sector de negocio del sistema financiero, ocasionará una consolidación
de instituciones y obligará a las entidades a mantener más reservas en sus
balances y operar con menos deuda.
Hasta hace poco, los países emergentes habían soportado bien
la crisis, pero el Fondo alertó de que se resentirán del aumento del costo del
crédito a nivel mundial, en un momento en el que aún sufren el efecto retrasado
del repunte de la inflación.
"Esta confluencia de circunstancias podría acelerar la
ralentización" en los mercados emergentes, dijo el Fondo.