Los US$250.000 millones a los
que tiene acceso el FMI pueden parecer una cifra estupenda, pero la
entidad pedirá más fondos en la cumbre del G-20 esta semana por el
temor de que no sean suficientes para responder a la crisis.
Hace tan solo un año, el problema del Fondo Monetario
Internacional (FMI) era la falta de clientes, mientras que ahora que
la crisis avanza por Europa del Este la cuestión es si podrá
satisfacer todas las llamadas de ayuda.
El Fondo ha extendido préstamos a Islandia, Hungría y Ucrania, y
negocia con Pakistán y Bielorrusia, pero hasta ahora no se ha visto
obligado a asistir a un país emergente grande.
"Si el mercado sabe que (el FMI) cuenta con suficientes recursos,
se reduce la ansiedad, que lleva a las caídas (de las bolsas) y
genera temor", dijo a Efe George Abed, ex director del departamento
de Oriente Medio y el Norte de África de la entidad.
En este momento, los inversores no tienen esa certeza. El
director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, reconoció en una
carta enviada a los miembros del G-20 la preocupación en los
mercados sobre el nivel de recursos de la entidad.
Por ello, pidió que en la cumbre de esta semana, los jefes de
estado se comprometan a dar más fondos al FMI o a poner dinero sobre
la mesa de forma bilateral cuando la entidad firme un programa de
crédito con un país.
"El FMI probablemente va a necesitar un billón de dólares para
cumplir la tarea", dijo hoy en un encuentro con la prensa Simon
Serfaty, un analista del Centro de Estudios Estratégicos e
Internacionales (CSIS, por su sigla en inglés).
Abed sugirió que el Fondo llame a la puerta de China, Japón y los
países productores de petróleo, que cuentan con grandes reservas.
Sin embargo, para entregar ese dinero las naciones en desarrollo
con bolsillos profundos exigirán más poder de voto en la
institución, según Serfaty.
Pese a la reciente reforma, los países europeos como grupo están
sobre representados en el FMI.
Estados Unidos tiene capacidad para aumentar su aportación, pero
"la actual Administración no lo hará", según dijo hoy a la prensa
Brad Setser, un experto del Consejo de Relaciones Exteriores.
Dar dinero al Fondo significa perder parte del control de su uso,
añadió.
Está por verse si la futura Administración de Barack Obama
traducirá su discurso en pro del multilateralismo en más recursos
para la principal agencia pública de coordinación económica.
Aparte de los fondos, en la cumbre se debatirá que función deberá
desempeñar el FMI ante a la crisis.
Europa, que tiene una voz preponderante en su dirección, pidió
que la entidad adopte un "papel central", pero no definió de qué
forma.
Tradicionalmente el organismo ha actuado como prestamista de
último recurso de países con problemas en su balanza de pagos por la
huida súbita de capital extranjero.
No obstante, carece de las herramientas para hacer frente a una
crisis en los mercados financieros como la actual, según Abed.
El organismo dio un paso adelante, según los expertos, al ofrecer
préstamos de emergencia sin condiciones a países con buenas
políticas económicas, pero con problemas de liquidez.
Con ello, "pretende reducir el estigma" asociado con la llamada a
su puerta, que los inversores ven como una señal de que los
Gobiernos no cuentan con ninguna otra fuente de financiación, según
Setser.
El FMI destino US$100.000 millones al nuevo programa y
dijo que lo revisará una vez que el Fondo se vacíe. En comparación,
tan solo Brasil atesora más del doble de esa cantidad en reservas.