El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero,
reclamó hoy una reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) y apoyó las
medidas de emergencia puestas en marcha para rescatar a los sistemas
financieros, pero advirtió contra la tentación de caer en el proteccionismo.
Zapatero defendió estas tesis en la Cumbre Asia-Europa
(ASEM) que se celebra en Pekín, un foro en el que apostó por dotar al FMI de un
nuevo mandato y de nuevos mecanismos de supervisión de los mercados, y donde
propuso que este organismo facilite prestamos a las economías emergentes con
problemas.
El jefe del Ejecutivo español quiere aprovechar su viaje a
Pekín para recabar apoyos a la pretensión de España de participar en la cumbre
financiera internacional convocada para el 15 de noviembre, ya que varios de
los países asiáticos de la ASEM -como China, India, Japón, Indonesia y Corea
del Sur- forman parte del G-20, el grupo convocado para la reunión de
Washington.
Las gestiones diplomáticas para acudir a esa cumbre siguen a
todos los niveles, pero fuentes de la delegación española aseguraron hoy que
ese no es el objetivo del viaje a China del jefe del Ejecutivo.
De hecho, hoy mantuvo un encuentro bilateral con el primer
ministro de Japón, Taro Aso, y, según las mismas fuentes, en ningún momento le
planteó su petición.
Mañana está previsto que se reúna con el presidente chino,
Hu Jin Tao; con el de Corea del Sur, Lee Myung-bak; con el primer ministro
indio, Manmohan Singh; y con el de Singapur, Lee Hsien Loong.
La intervención de Zapatero en la Cumbre ASEM tuvo lugar
durante la cena, ya que el estricto protocolo de los anfitriones chinos cortó
la primera sesión plenaria de la reunión, dedicada íntegramente a la crisis.
En un breve discurso, Zapatero achacó la situación actual a
"una crisis de responsabilidad", en la que "unos pocos se han
enriquecido mucho y la mayoría se está empobreciendo".
"Los mercados no confían en los mercados" dado el
alto grado de especulación y de irresponsabilidad por el que han pasado,
sostuvo ante las 45 delegaciones presentes.
Reclamó por ello "un ejercicio de
responsabilidad", que comenzaría con la reforma del mandato del FMI
tomando como ejemplo los modelos de sistemas financieros que han funcionado en
diferentes países.
En segundo lugar, instó a las potencias emergentes, y en
especial a China, a desempeñar un papel importante en la estabilidad a los
sistemas financieros, para lo que deberían corregir desequilibrios como la alta
inversión que registran junto a una baja tasa de ahorro.
Su tercera propuesta fue la advertencia frente al
proteccionismo, convencido de que es la libre competencia la que hará que los
mercados financieros salgan adelante.
Según apuntaron las fuentes del Ejecutivo español, Zapatero
tienen intención de llevar estas tres propuestas estructuradas a la reunión de
jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países miembros de la UE convocada por
el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para el próximo 7 de noviembre.
Será el momento de preparar la propuesta que la UE llevará a
la cumbre de Washington.
Tras la foto de familia, se pudo ver a Zapatero conversar
con Sarkozy y con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, dos
de sus valedores -junto al primer ministro británico, Gordon Brown- para que
España acuda a la cumbre del 15 de noviembre.
Fuentes oficiales de la delegación japonesa dieron hoy por
hecho que el formato de la cumbre de Washington está cerrado desde que el
presidente estadounidense, George W. Bush, habló con Sarkozy y con Durao
Barroso para concretarla.
En la sesión plenaria de la Cumbre, Sarkozy, agradeció a
Zapatero la iniciativa de convocar la reunión del Eurogrupo de París, a su
juicio, la más positiva de todas las celebradas por el momento y en la que se
aprobaron las medidas con mayor repercusión en los mercados, según apuntaron
las fuentes de la delegación española.
Sarkozy abogó por salir de Pekín con una propuesta
consensuada de cara a la reunión de Washington.
A su juicio, no hay que volver a cometer los errores
cometidos en el pasado, relacionados con las agencias de calificación de
riesgos, los fondo de inversión de alto riesgo (hedge fund) y la falta de una
regulación supranacional.