El sistema financiero de Estados
Unidos es sólido y acabará superando los problemas actuales, afirmó
hoy el presidente George W. Bush, a raíz de la declaración de
quiebra de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión del país.
En una declaración junto al presidente ghanés, John Kufour, en
los jardines de la Casa Blanca, Bush afirmó que las autoridades
económicas federales se centrarán a la hora de tomar medidas "en la
salud del sistema financiero como un todo".
"Trabajamos para reducir las alteraciones y minimizar el impacto
de los acontecimientos del mercado financiero en la economía en
general", sostuvo el presidente, quien reconoció que mientras tanto
la situación puede ser "dolorosa" para los inversores y los
empleados de las compañías afectadas.
"A la larga, tengo confianza en que nuestros mercados de capital
son flexibles y robustos, y pueden hacer frente a los ajustes",
indicó Bush.
Las declaraciones del presidente se producen en medio de fuertes
turbulencias en el mercado financiero estadounidense, después de que
Lehman Brothers se declarara en quiebra.
La expectativa en torno a esa quiebra pronosticada precipitó la
venta de Merrill Lynch a Bank of America, entre indicaciones de que
AIG, la mayor compañía aseguradora del mundo, planea una drástica
reestructuración.
La quiebra de Lehman se produjo después de que fracasaran las
negociaciones para encontrar un comprador para el banco, ante la
negativa del Gobierno de EE.UU. a respaldar financieramente la
operación.
Las afirmaciones de hoy de Bush parecen corroborar que el Estado
no prevé rescatar a otras empresas financieras con problemas.
En marzo, el Departamento del Tesoro ya intervino en favor de
Bear Stearns y la semana pasada rescató a las hipotecarias
semipúblicas Freddie Mac y Fannie Mae.
Según el presidente, la Casa Blanca y todo su Gobierno intentan
"promover la estabilidad en el sistema financiero".
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, tiene previsto acudir a
la Casa Blanca en las próximas horas.