El Banco Mundial (BM) anunció hoy que
podría casi triplicar su volumen de préstamos este año, hasta los
US$35.000 millones, para ayudar a países en desarrollo
afectados por la crisis financiera global con epicentro en Estados Unidos.
El organismo financiero multilateral concedió préstamos por valor
de US$13.500 millones el año pasado.
Robert Zoellick, presidente del BM, indicó hoy en una rueda de
prensa telefónica que se trata de una ayuda "global", que irá a
parar a países tanto de Asia, como de Latinoamérica y otras regiones
del mundo, aunque no precisó nombres concretos.
La institución indicó que los nuevos préstamos podrían totalizar
los US$100.000 millones en los tres próximos años.
"Este incremento en la ayuda financiera protegerá a los más
pobres y vulnerables (...), respaldará a los países que afrontan
problemas presupuestarios y permitirá apoyar las inversiones a largo
plazo, de las que dependen la recuperación y el desarrollo", apuntó
el BM en un comunicado.
Al mismo tiempo, el Banco Mundial rebajó sus previsiones de
crecimiento para los países en desarrollo para este año desde el 6,4% previsto inicialmente hasta el 4,5%.
El organismo explicó que las turbulencias financieras, las
menores exportaciones y la caída en los precios de las materias
primas reducirán el crecimiento previsto.
El anuncio llega solo unos días antes de que los líderes del G20
(que agrupa a países desarrollados y en desarrollo) se reúnan en
Washington para abordar la crisis financiera.
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, que tiene
previsto participar en la cumbre del G20, insistió hoy en que es
necesario que los líderes que se reunirán el sábado en Washington no
olviden el que describió como "rescate humano".
Zoellick pronosticó que la cumbre no ofrecerá todas las
respuestas, pero sí permitirá que se pongan "buenas ideas" sobre la
mesa de trabajo.
El responsable del BM indicó que durante los dos próximos años se
producirán "cambios significativos" que permitirán la modernización
del actual sistema multilateral.
Afirmó que los países en desarrollo deben de tener "un papel en
el proceso" de reestructuración y destacó que sería un "error de
proporciones históricas" si los países desarrollados implementan
medidas que excluyan los intereses de los países en vías de
desarrollo.
Además de incrementar su cartera de préstamos, el Banco prevé
acelerar también las donaciones y los préstamos libres de intereses
a largo plazo a los 78 países más pobres del mundo, 39 de los cuales
están en África.
Los países donantes se comprometieron el año pasado a aportar
US$42.000 millones para la Asociación de Desarrollo
Internacional, la división del Banco Mundial que se encarga de
canalizar esos préstamos sin intereses.
El Banco apuntó que trabaja con los países más pobres para
acelerar la ayuda, dependiendo de sus necesidades, sobre todo a los
que están en una situación más crítica, debido a las menores
exportaciones, las caídas en las remesas y los menores precios de
las materias primas.