El Gobierno alemán dio luz verde esta noche a su segundo
plan anti crisis para dos años de 50.000 millones de euros (unos US$ 68.500
millones), aproximadamente equivalente al 2% del PIB alemán.
Habrá recortes de impuestos para los ingresos más bajos,
reducción de las contribuciones al seguro sanitario, ayudas para las familias,
incentivos para cambiar de vehículos y sobre todo, mucho dinero para sanear
colegios, universidades y hospitales. También se aprobó un fondo público de
100.000 millones de euros (unos US$ 137.000 millones), para avalar créditos a
grandes empresas.
El conjunto de medidas fue acordado esta pasada noche por
los partidos de la gran coalición (CDU-CSU y SPD). Lo presentará la canciller
democristiana Angela Merkel y el vicecanciller socialdemócrata, Franz-Walter
Steinmeier hacia las 13 horas como el mayor paquete de impulso fiscal desde la segunda Guerra Mundial.
La mayor parte del dienero irá a parar a infraestructuras, sobre todo a la
rehabilitación de colegios, universidades y hospitales.
Unos 9.000 millones (unos US$ 12.300 millones)se emplearán
en financiar un pequeño recorte de 0,6 puntos, hasta el 14,9% en las
cotizaciones a la seguridad social (a repartir entre el trabajador y el
empresario) y otros 9.000 millones en una diminuta rebaja de impuestos: por un
lado se sube en 340 euros (US$ 465) el mínimo exento hasta 8.004 euros (US$
10.965) anuales, por otro, se recorta un punto desde el 15% al 14% el tipo
inicial del IRPF.
Además habrá una paga extra de cien euros para cada niño
menor de trece anos. En total una familia con dos hijos e ingresos muy bajos
tendrá en el bolsillo entre 400 y 500 euros más al año. Estas reducciones
positivas entrarán en vigor a partir del 1 de julio. Además habrá un incentivo
de 2.500 euros anuales para cambiar los vehículos de más de 9 años por uno más
limpio.
No habrá dinero para intervenir empresas, como pedía la CDU,
pero se acordó poner a disposición de las grandes empresas que no obtienen
crédito bancario, avales por un monto de 100.000 millones.