Alemania, Francia, Rusia y Ucrania llegaron ayer a un acuerdo que ofrece un "destello de esperanza" para poner fin a los enfrentamientos en el este de Ucrania tras maratónicas conversaciones durante la noche.
Sin embargo, observaron que aún había un largo camino por recorrer, mientras que acusaciones de Kiev de un nuevo ingreso masivo de tanques rusos en el este de Ucrania -en manos rebeldes- minaban las perspectivas de paz.
El acuerdo contempla un cese al fuego entre fuerzas ucranianas y separatistas respaldados por Rusia a partir del domingo, seguido por el retiro de armas pesadas desde el frente de combate y una reforma constitucional para dar a Ucrania más autonomía.
"Lo principal que se logró es que debe ser declarado un cese al fuego sin condiciones", dijo el presidente ucraniano, Petro Poroshenko.
Tras 16 horas de conversaciones, la canciller alemana, Angela Merkel -una de las patrocinadoras de las conversaciones-, discrepó con el presidente ruso, Vladimir Putin, sobre los motivos por los que demoraron tanto en alcanzar el acuerdo.
Putin culpó a Kiev por el tiempo que demoraron las conversaciones, que fueron la culminación de una dramática iniciativa de Francia y Alemania tras un aumento de los combates.
Merkel, en tanto, dijo que Poroshenko "hizo todo lo posible para lograr la posibilidad de un fin al baño de sangre" y que Putin presionó a los separatistas para que aceptaran el cese al fuego "hacia el fin" de las negociaciones.
El acuerdo ofrece un "destello de esperanza", pero sigue habiendo obstáculos en el camino hacia la paz, dijo Merkel.
Apoyo del FMI
Los combates han desestabilizado a Ucrania tanto militar como económicamente.
Mientras se alcanzaba el acuerdo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció ayuda económica por
US$ 40.000 millones a Ucrania para evitar un colapso financiero.
La economía rusa también ha sufrido debido a las sanciones impuestas por su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania y la anexión de Crimea el año pasado.