Siete años después de otorgarle a Brasil el grado de inversión, Standard & Poor´s cumplió su amenaza y recortó la calificación crediticia del país a nivel especulativo. El duro revés para los esfuerzos del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff para recuperar la confianza del mercado y sacar al país de la peor recesión en décadas, agravará también la situación de las grandes empresas que ya lidiaban con acreedores cautelosos. Tras su decisión del miércoles S&P recortó ayer la nota a Petrobras y otras 30 empresas locales.
La medida aviva también las especulaciones sobre una salida del ministro de Hacienda, Joaquim Levy, designado en enero para apuntalar las finanzas.
Levy afirmó ayer que para su rebaja, S&P hizo una evaluación política de las dificultades del país para cumplir su meta fiscal y que la agencia podría "haberse precipitado".
Gobierno contra las cuerdas
La rebaja llega en un momento particularmente difícil para el gobierno. Rousseff afronta mínimos históricos en su popularidad, presionada por el escándalo de corrupción, la crisis económica, peticiones de destitución y la falta de apoyo en el Congreso para sacar adelante los puntos clave del plan de austeridad de Levy.
Según el ministro, cuando el gobierno presente en las próximas semanas las medidas de consolidación fiscal, "el deseo de los agentes de cambiar la nota de Brasil podría enfriarse". Levy espera que la pérdida del grado de inversión genere un "estímulo" adicional para que los legisladores actúen con rapidez para apuntalar las cuentas del país.
Diez días después de presentar al Congreso un presupuesto para 2016 con un déficit fiscal de 0,5% del PIB, Levy afirmó ayer que el gobierno tiene un plan para crear "un puente fiscal", para cumplir una meta de superávit primario de 0,7%. Sin mayor detalle, indicó que en las próximas semanas remitirán al Congreso una batería de ajustes para garantizar el superávit. Pero para lograr el reequilibrio fiscal y crear condiciones de crecimiento, los brasileños tendrán que pagar más impuestos, indicó. "Si no resolvemos el problema del presupuesto, el impacto sobre el PIB puede ser muy malo", afirmó.
Perspectiva negativa
El mercado acogió con nerviosismo la rebaja y en la apertura de ayer el real brasileño se debilitó 3% y tocó mínimos de doce años, a 3,9 unidades por dólar, pero tras la intervención del banco central, redujo su pérdida a 2,2% hasta 3,86 unidades por dólar. Los economistas esperan que llegue a 4 unidades por dólar en las próximas semanas.
El riesgo del bono brasileño escaló a un máximo desde 2009, con los credit-default swaps a cinco años subiendo 15 puntos básicos. El rendimiento de los bonos con vencimiento en 2025 se elevó a su mayor nivel desde su emisión en 2013. El Tesoro canceló ayer una subasta de bonos a tasa fija a causa de las condiciones del mercado.
La perspectiva negativa de S&P se traduce en que la agencia podría reducir la calificación del país aún más, incluso si otras agencias como Fitch Ratings o Moody's Investors, mantienen por ahora el grado de inversión. S&P matizó ayer que su escenario no contempla la destitución de Rousseff, si sucediera tendría que reevaluar la nota.
Según Société Générale, si otra agencia más degrada la calificación de Brasil a nivel basura, el impacto sobre el mercado podría ser aún mayor. "El riesgo de una nueva rebaja se ha incrementado significativamente", apuntó Bernd Berg, estratega de Société Générale. "La rebaja gatillará salida de capitales a medida que los inversionistas extranjeros ajustan sus carteras de inversión", observó.
En julio, Moody's dejó la calificación de Brasil a un escalón del nivel especulativo. Shelly Shetty, analista de Fitch, afirmó ayer que la tendencia para el país es negativa y la presión se está incrementando. "Hay más de 50% de posibilidades de que la calificación sea rebajada", sostuvo. La agencia califica a Brasil en BBB, a dos peldaños del bono especulativo, con perspectiva negativa.
Edward Glossop: "El mayor riesgo es la salida del ministro de Hacienda, Joaquim Levy, la única autoridad creíble"
- ¿Por qué se produjo la rebaja de S&P en este momento?
- El movimiento es sin dudas una respuesta a los eventos de la semana pasada, cuando el gobierno pronosticó un déficit primario fiscal en el presupuesto de 2016 que entregó al Congreso. Esto fue, implícitamente, una segunda revisión a la meta fiscal. El gobierno rebajó inicialmente su meta para el presupuesto primario fiscal de 2016 desde cerca de 2% del PIB a 0,7% del PIB hace dos meses. En el presupuesto entregado la semana pasada, proyectó un déficit de 0,3% del PIB.
- ¿Qué impacto tendrá la rebaja en el mercado o ya estaba incorporado?
- La mayor parte del impacto estaba incorporado. Las caídas de hoy (ayer) no se van a mantener. La rebaja no le dijo a la mayoría de los analistas algo que no supieran sobre los problemas financieros de Brasil. La mayoría de los inversionistas sabían que el grado de inversión era insostenible y los activos ya se transaban como "basura".
- ¿Cuál es el principal riesgo entonces?
- El principal riesgo como resultado de la rebaja es que se cumplan las especulaciones de una salida del ministro de Hacienda, Joaquim Levy. Podría pasar que termine tirando la toalla si los miembros del Congreso siguen bloqueando sus medidas de austeridad. Eso es un riesgo porque él es el impulsor clave de los esfuerzos de austeridad del país y la única autoridad con credibilidad ante el mercado. Si eso pasara, se produciría una ola vendedora, los rendimientos de deuda subirían y los costos de servicio de la deuda aumentarían bruscamente.
- La presidenta brasileña dijo que pese a la rebaja Brasil seguirá cumpliendo sus obligaciones ¿será posible?
- Sí. Brasil está en su peor recesión desde los años '30. Pero el gran punto es que el país no tiene una crisis de deuda, como experimentó en los '90 y antes. Su deuda en moneda extranjera es ahora mucho más baja que en el pasado, en 20% del PIB, y con vencimientos a largo plazo. La deuda externa de corto plazo es de sólo 1,2% del PIB y la puede cubrir fácilmente con las reservas en moneda extranjera, que equivalen a 15% del PIB.