El Banco Central Europeo mostró ayer su preocupación por las turbulencias del escenario global y su impacto en la recuperación de la eurozona, pero lanzó un mensaje tranquilizador: la entidad está dispuesta, preparada y es capaz de actuar si los precios se resisten a ir en la dirección correcta.
Para demostrar su compromiso, el BCE anunció un cambio al programa de alivio cuantitativo, iniciado en marzo, para ampliar el límite de las compras en las emisiones de bonos que puede comprar de 25% a 33%. Esta decisión podría suavizar la oposición de algunos bancos centrales, como el de Alemania, a emitir más deuda en los próximos años.
Así lo explicó el presidente del BCE, Mario Draghi, tras la reunión de política monetaria de la entidad. El BCE mantuvo la tasa de refinanciamiento en 0,05%, mínimo histórico que fijó hace un año; la tasa para los depósitos a un día en -0,20%; y la tasa de préstamos marginales en 0,30%.
Débil recuperación
El BCE revisó a la baja su expectativa de crecimiento e inflación ya que los eventos ocurridos desde la fecha de corte de las proyecciones, el 12 de agosto, "son un riesgo a la baja". "La información disponible indica que, aunque más débil, la recuperación económica continúa y habrá un incremento más lento de la tasa de inflación comparado con las expectativas anteriores", dijo Draghi con un cauteloso optimismo.
La inflación podría tocar cotas negativas en los próximos meses, un periodo transitorio debido al precio del petróleo, añadió. Este año esperan que la inflación llegue a 0,1% y que los precios suban en 2016 gracias a la recuperación económica, la depreciación del euro y el repunte del precio del petróleo, llegando a 1,1% y a 1,7% en 2017. La última medición sitúa la inflación en 0,2%, muy lejos del objetivo de 2%.
La entidad prevé que la economía de la eurozona crezca 1,4% este año y se acelere a 1,8% en 2017, un ritmo más débil de lo previsto que refleja la desaceleración de la demanda externa y de los mercados emergentes, situación que preocupa especialmente a los funcionarios del BCE, particularmente en el caso de China.
Aunque el emisor europeo considera que es pronto para juzgar si las fuertes fluctuaciones del mercado financiero y las materias primas van a tener un impacto de larga duración en la inflación, Draghi reiteró que el organismo está preparado para realizar más ajustes "en monto, composición y duración" para asegurar la implementación completa del programa QE para garantizar una recuperación sostenible en la región y el alza de la inflación e, incluso, prolongarlo más allá de su vencimiento en septiembre de 2016 "si es necesario".
Los analistas se muestran positivos y no descartan que el BCE sorprenda con nuevos estímulos para anticiparse al mercado. "Draghi está asegurando, de forma clara, que si la agitación del mercado empeora, el BCE hará todo lo necesario para mantener la senda de recuperación", dijo Holger Schmieding, economista jefe de Bernberg Bank. "No debería debería tomar mucho tiempo tener una respuesta del BCE".
Actividad empresarial
El discurso de Draghi llegaba después de los positivos datos de actividad empresarial de la zona euro, que se aceleró en agosto a su mayor ritmo en más de cuatro años, impulsado por el desempeño de Italia y Alemania. La lectura final del índice compuesto de gerentes de compras (PMI, su sigla en inglés) de la zona euro elaborado por Markit se situó en 54,3 en agosto, su mayor nivel desde mayo del 2011. El sondeo apunta a un crecimiento del PIB de 0,4% en el tercer trimestre.
FMI insta a los grandes bancos centrales a no subir las tasas
El Fondo Monetario Internacional instó ayer a los principales bancos centrales del mundo a que se abstengan de subir las tasas de interés, en una apuesta por aumentar el gasto en la economía global cuando los riesgos para el crecimiento están aumentando. El mensaje del Fondo llega en la víspera de la reunión en Ankara (Turquía) del G20 y subraya que el desempeño de la mayoría de las economías está cayendo de nuevo por debajo de las expectativas fijadas a principios de año.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde,
señaló en junio que la Fed no debería
alzar las tasas hasta 2016.
El FMI solicita acciones que eviten que las tasas de crecimiento sean vacilantes y eleven el desempeño de las principales economías del mundo en el mediano plazo desde el actual nivel "moderado". La Reserva Federal de Estados Unidos, que está considerando elevar las tasas de interés este año, no es el único emisor al que se refería el Fondo. La entidad señaló que el esperado repunte del precio del petróleo no se ha materializado y con la baja inflación en todas las economías avanzadas, "la política monetaria debería permanecer expansiva para evitar que las tasas de interés reales se eleven prematuramente".
A la espera de nuevos datos del mercado laboral estadounidense, que se publican hoy, el FMI pidió a la Fed que siga "dependiendo de los datos" y que "no tome medidas apresuradas" con poca evidencia de una mejora significativa en los salarios y presión de los precios. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo en junio que la Fed no debería subir los tipos hasta el próximo año. El FMI indicó también que el BCE debería ampliar el programa QE para impulsar la economía si no hay una mejora consistente de la inflación y sugirió al Banco de Japón estar preparado para aplicar una mayor flexibilización.