Francisca Orellana L.
Luego de casi dos años de investigación y pruebas, la cadena de sushi Sakura Express desarrolló una nueva tecnología para contar con un sistema de despacho a domicilio eficiente y que le permitiera mantener la cadena de frío. Con ayuda de profesionales del Hospital Clínico de la Universidad Católica, diseñaron una mochila térmica e impermeable de PVC que contiene un gel refrigerante reutilizable de alta densidad y capacidad térmica, que es el mismo que utilizan los centros de salud para el traslado, por ejemplo, de muestras de sangre u órganos. Gracias a ello, la empresa puede transportar los alimentos a temperaturas de entre cero y cinco grados celcius, y repeler el calor que emiten los motores de las motos que se utilizan en el sistema de delivery. Además con este desarrollo, la firma se alinea con la legislación vigente y evita multas.
Dificultades
Cristián Pérez, dueño de Sakura Express, explica que no fue fácil dar con la tecnología y diseño adecuado. Incluso, viajaron a Estados Unidos a ver algún sistema que evitara los cambios de temperatura en los alimentos pero ninguno cumplía sus requerimientos de bajo peso y movilidad. Por ello es que empezaron autónomamente a diseñar almacenadores que estuvieran acordes a su sistema de despacho. En el proceso se invirtieron cerca de$ 6 millones, sólo en los costos de los materiales, sin considerar el capital humano y la investigación. Fue un monto bastante bajo en relación al beneficio que trae. Y aunque éste es un desarrollo innovador y puedo patentarlo, es muy caro y burocrático. Lo que me interesa es ser la primera cadena de sushi en implementar un sistema de frío que preserve los alimentos en los despachos. Si me copian, no me importa, explica Pérez.
Plan de expansión
Para este año la cadena de sushi, que cuenta con seis locales en la Región Metropolitana, tiene contemplado abrir tres más con una inversión total cercana a los $ 200 millones: uno en Plaza Ñuñoa, otro en Providencia y el primer recinto propio en la misma comuna. La meta de la firma, que en 2010 facturó US$ 4 millones (el doble que en 2009), es llegar a diez recintos en el mediano plazo, pero bajo una misma administración y sin franquicias de por medio, ya que así se pierde el control de la cadena. Algo no menor al funcionar con productos artesanales y depender de quienes trabajan, dice.