Por Marta Apablaza R.
Los problemas de frecuencia de los buses de transporte público son cotidianos en una gran ciudad como Santiago. En general, al llegar a un paradero, el usuario tiene que esperar mucho tiempo para abordar un bus que, cuando finalmente llega, está lleno de pasajeros por la demora. Y, probablemente, detrás vendrá otro de la misma línea, pero vacío.
Para solucionar este problema, que irrita tanto a usuarios como operadores, “no se necesitan más buses, sino más control”, afirma Ricardo Giesen, ingeniero civil industrial de la UC y académico del Departamento de Ingeniería de Transporte y Logística de la misma universidad.
El académico decidió desarrollar, junto con Juan Carlos Muñoz y Felipe Delgado, académicos del mismo departamento, una solución integral para esta problemática, apuntando a regularizar el intervalo de los buses para lograr dos objetivos: mejorar la experiencia de los usuarios y reducir la multa de los operadores, que en 2012 fue de un promedio de US$ 2,3 millones mensual. El sistema, llamado “Transit UC”, mide en tiempo real dónde están las máquinas, cuántos pasajeros van en cada bus y pretende enviar instrucciones a los choferes para optimizar el servicio.
En 2007 la solución se desarrolló en un sistema de simulación conceptual y el año pasado se implementó en un plan piloto en la línea 210 de Subus, donde monitores con teléfono recibían las instrucciones del sistema y las transmitían a los choferes para mejorar los tiempos de viaje.
Los resultados fueron “excelentes”. En los días en que se ejecutó el plan piloto, las multas de los operadores bajaron y los pasajeros redujeron su evasión. “La evasión pasiva se redujo en un 20% y la multa diaria disminuyó desde $ 70 mil a $ 35 mil aproximadamente”, sostiene Ricardo Giesen.
El proyecto obtuvo financiamiento de InnovaChile de Corfo, por US$ 300 mil, y también de la empresa Subus, por US$ 200 mil.
Actualmente, Transit UC se encuentra desarrollando la plataforma para comunicarse de manera directa con el chofer. La idea es implementar un tablet industrial que esté montado en cada uno de los buses en donde el conductor pueda obtener de forma directa las instrucciones para optimizar el servicio.
El startup está en conversaciones con agencias de operadores de buses de diferentes zonas del mundo, como Estambul, Cali e India.