La conmemoración de los 125 años de nuestra Universidad representa una excelente oportunidad para reflexionar respecto de por qué y para qué somos una institución académica de investigación. La respuesta a esto la encontramos en nuestra Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae que señala al respecto: “la misión fundamental de la Universidad es la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación, la conservación y la comunicación del saber para el bien de la sociedad”.
De acuerdo con esta identidad ya desde 1930 se observan los primeros pasos hacia la investigación, por un lado con la creación del Doctorado en Teología y con la llegada de profesores extranjeros que formaron el primer contingente de científicos en el área biomédica. En el transcurso de los años siguientes, crean una serie de iniciativas que van a impulsar la investigación en las diversas áreas del saber, entre otras, el Centro de Investigaciones Agropecuarias, el Departamento de Investigaciones Científicas (Dictuc), el Instituto de Historia y el Centro de Investigaciones Económicas. De esta forma, inicialmente con un fuerte apoyo de fundaciones internacionales y de donaciones de privados a lo que luego se sumó al apoyo del Estado mediante Conicyt, ya hacia mediados de la década de 1960 había en la Universidad una actividad científica bastante intensa.
De esta forma, y con el correr de los años, la UC se ha transformado en una institución líder en investigación en Chile y
Latinoamérica. Cuenta con el mayor cuerpo de académicos con formación doctoral del país; publica al año más de 1.400 trabajos en revistas internacionales de primer nivel y más de 100 libros; tiene uno de los mayores índices de impacto de toda la región, cuenta con 35 programas de doctorado que ya han formado a más de 1.000 nuevos investigadores, un portafolio de más de 35 patentes aceptadas en Chile y el extranjero, seis de ellas ya licenciadas.
Todo esto trae consigo nuevos compromisos y desafíos para los próximos años. Debemos aumentar la calidad e impacto internacional de nuestra investigación; debemos logar que todo egresado de la UC salga con un sello que le permita saber qué es investigar, cuál es la importancia de investigar y tener esa formación científica tan útil para el desarrollo profesional; debemos lograr un mayor vínculo entre lo que investigamos y las necesidades de nuestra sociedad de forma que una mayor parte de nuestra investigación se transfiera a la sociedad generando una mejor calidad de vida y un desarrollo integral.
Finalmente, tenemos el desafío de generar un diálogo profundo entre el progreso tecnológico y lo valórico, potenciando la investigación en humanidades, y sin duda, la UC es el lugar natural en que debemos impulsar con más fuerza el diálogo entre fe y razón.