Más de $ 2.000 millones anuales invierte Nestlé Chile en Investigación y Desarrollo (I+D), mientras que a nivel mundial US$ 1.831 millones, lo que supone un 2% del total de sus ingresos.
De hecho, hoy más del 15% de su negocio proviene de la innovación; unos US$ 222 millones de las ventas emanan de productos que hace tres años no existían y 47,4% de sus ingresos corresponden a lanzamientos o renovaciones del último trienio.
“Hoy, nuestro desafío es innovar en productos atractivos y saludables ¿Qué los hace ricos? La grasa, el azúcar y la sal. Por eso, el reto es hacerlos deliciosos, pero sin eso o con lo menos posible y para ello, estamos buscando los alimentos que aporten a un balance nutritivo”, destaca Pablo Devoto, presidente ejecutivo de Nestlé Chile.
En el mundo, la compañía tiene 39 centros de I+D, la mayor red privada especializada en nutrición, entre ellos el Nestlé Development Center Santiago -el primero de estas características en Latinoamérica- dedicado a la fabricación de galletas para el mercado local e internacional.
“Aquí se elige y combinan los ingredientes, se prueba y se da el visto bueno. Tras ello, se lanza en Chile y luego, a escala mundial”, explica Devoto.
Frente a la reciente aprobación de la Ley de Etiquetado de Alimentos, que plantea retos importantes a la multinacional, este centro es clave. En colaboración con otros centros de la compañía ha desarrollado nuevas tecnologías patentadas para la reducción de grasa y azúcar, y ha buscado incrementar la cantidad de fibra y cereales integrales, mejorando así el perfil nutricional de sus productos. Un ejemplo son los últimos lanzamientos de Fitness.
Trabajo con proveedores locales
A nivel país, también se han realizado optimizaciones en los procesos productivos, como la disminución de la energía usada durante el horneo de galletas Kuky y Triton, a lo que se suma el proyecto Flex (Flour Excellence), con el que buscan aumentar el uso de la harina nacional en la fabricación de sus productos, a través del trabajo con proveedores locales.
En 2014, éstos últimos abastecieron en un 58% a la compañía en Chile, lo que se espera, llegue a 100% al cierre de 2016, para obtener un producto más uniforme, al utilizar un insumo homogéneo y asegurar una demanda estable del trigo local para los próximos años.