Diversas son las variables que están en la mesa de las empresas por estos días para definir sus presupuestos y planes de inversión de cara al 2022. Pero a los factores tradicionales que influyen en estas decisiones, este año se ha sumado un complejo cuadro político local, marcado por las elecciones presidenciales que se desarrollarán este domingo.
Según trascendió, algunas empresas están considerando en sus evaluaciones una proyección de Producto Interno Bruto (PIB) de 1,5% en el año 2022 y 2023, dando cuenta de la cautela con la que se mira el desempeño macroeconómico. Esto, a pesar de que en la última Encuesta de Expectativas Económicas (EEE), realizada por el Banco Central, se asume que la expansión del Producto será de 2%, al igual que en 2023.
Eso sí, a pesar de los pronósticos, hay muchos cambios que están por verse, por lo que las empresas están analizando detenidamente los distintos factores, tanto locales como internacionales, como el sobrecalentamiento de la economía local y la desaceleración de China, lo que impacta principalmente a los mercados emergentes que son dependientes del gigante asiático.
Así, si bien se reconoce que se estaría saliendo de la crisis sanitaria por el Covid-19 y algunos mercados se estarían recuperando, los planes de inversión se están realizando con cautela.
El empresario Heriberto Urzúa recalca que, para que un país crezca, se necesita inversión, pero para que exista ésto último, tiene que haber estabilidad tanto para los inversionistas nacionales como extranjeros.
Plantea que generalmente los planes de inversión se hacen en base a las condiciones existentes. “Si van a subir las tasas de interés, si habrá más inestabilidad, los programas de inversión son menores, pero eso no es porque no se quiera invertir, es porque las condiciones no están dadas”, sostiene, aunque destaca que los empresarios chilenos siempre han creído en el país.
El expresidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), José Antonio Guzmán, plantea que en estos momentos hay un “compás de espera” por parte de los empresarios, ya que se está esperando que se aclare lo que ocurrirá en el país en lo político, económico y social.
“Mientras eso no se esclarezca, creo que será muy difícil que los empresarios tomen importantes decisiones de inversión (...) No es que estemos paralizados, pero estamos mirando con bastante atención lo que está ocurriendo y lo que puede ocurrir”, dice.
De hecho, despejar las interrogantes respecto al escenario político que tendrá el país en los próximos años también es un elemento clave para algunos. Así lo confirma el consejero nacional de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Juan Pablo Solís de Ovando, quien considera que las principales variables que se están mirando para elaborar los presupuestos y planes futuros son las políticas.
“Creo que todo esto pasará por quién será el próximo presidente de Chile y eso es muy importante”, enfatiza, agregando que “nos jugamos mucho en esto que viene y el chileno lo está entendiendo”.
A su juicio, si -por ejemplo- resultaran electos candidatos que con sus declaraciones causan incertidumbre, cree que “se hará lo necesario, pero a una escala menor, porque no sabemos lo que pasará”.
Si bien antes se administraba crecimiento o inversiones, hoy, a juicio del también extimonel de la máxima cúpula empresarial, Alfonso Swett, se requiere “administrar incertidumbre”.
“La forma de administrar incertidumbre son dos: flexibilidad y mirada de largo plazo. Ese es el equilibrio que tienes que ir buscando en los años que vienen”, recalca.
Los sectores más expuestos
Los vaivenes de variables como el dólar, que algunos empresarios lo ven promediando $ 825 el próximo año y $ 850 para 2023, también ponen presión en sectores exportadores y en la banca.
Guzmán afirma que se podrían observar algunas modificaciones en el sistema exportador si, por ejemplo, realmente se revisaran los tratados de libre comercio. En esa línea, advierte que “hay sectores que dependen mucho de las decisiones o políticas que tome el futuro gobierno”.
Incluso, otros empresarios apuntan a eventuales movimientos que se puedan producir en el sector minero si se impulsan cambios en el sistema de tributación.
En tanto, el presidente de Corma, Juan José Ugarte, destaca que el sector forestal está en un momento de recuperación, aunque se mantienen barreras, como las relacionadas con temas de logística, ya que -por ejemplo- los precios de los contenedores han subido un 70%.
Sin embargo, marca un matiz. Dado que hay fuerte competencia en la producción de madera, de países como Canadá y Sudáfrica, el dirigente puntualiza que “no podemos nosotros dejar de invertir ni un minuto en modernizar tecnología y en aumentar productividad”, para no perder terreno.