Donald Trump enfrentó una reacción negativa de grupos empresariales y de algunos miembros de su propio partido republicano después de iniciar una guerra comercial al imponer fuertes aranceles a México, Canadá y China, tres de sus mayores socios comerciales.
Las asociaciones que representan a los bienes de consumo, el petróleo, los comestibles y los fabricantes de automóviles se alinearon para advertir que los nuevos aranceles, 10% a las importaciones de China y 25% a las de México y Canadá, con un impuesto de 10% para la energía canadiense, elevarían los precios para los estadounidenses y causarían caos en las cadenas de suministro.
“El presidente tiene razón al centrarse en problemas importantes como nuestra frontera rota y el flagelo del fentanilo, pero la imposición de aranceles... no resolverá estos problemas y solo aumentará los precios para las familias estadounidenses”, dijo John Murphy, vicepresidente senior de la Cámara de Comercio de EEUU, el gremio empresarial más grande del país.
Los grupos de productos de consumo advirtieron que los estadounidenses verían alimentos más caros, mientras que los fabricantes de automóviles tendrían un alza en el costo de construcción.
“Los aranceles sobre todos los bienes importados de México y Canadá, especialmente ingredientes e insumos que no están disponibles en EEUU, podrían generar precios más altos para el consumidor y represalias contra los exportadores estadounidenses”, dijo Tom Madrecki, vicepresidente de resiliencia de la cadena de suministro de la Consumer Brands Association.
El investigador principal del Instituto Peterson, Kim Clausing, dijo que los aranceles representarían “el mayor aumento de impuestos desde la década de 1990”.
“Estamos acostumbrados a tener un comercio sin fricciones en América del Norte (...) pasar del libre comercio al 25% es bastante dramático y va a provocar un enorme shock en la economía estadounidense”.
El sábado, los aranceles de Trump catapultaron el nacionalismo económico a la cima de su agenda al tiempo que criticaba el déficit comercial de EEUU con sus socios comerciales.
En respuesta, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció aranceles del 25% sobre bienes por valor de 155.000 millones de dólares canadienses (US$ 107.000 millones), que abarcan miles de productos, incluidos alimentos desde carne hasta jugo de naranja, electrodomésticos, neumáticos, madera, productos de papel y prendas de vestir.
El ministro de Finanzas, Dominic LeBlanc, dijo que los primeros 30.000 millones de dólares de aranceles afectarían “en gran medida a los bienes de consumo que importamos de EEUU y para los cuales hay un reemplazo” para los compradores canadienses.
Se esperaba que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también anunciara pronto aranceles tras advertir que anunciaría medidas de represalia.
Las nuevas medidas comerciales fueron criticadas por legisladores, incluido Tim Scott, senador republicano por Carolina del Sur, quien las calificó de ser “un impuesto a los habitantes de Carolina del Sur”.
“Entiendo y aprecio la voluntad de enfrentar las acciones dudosas de países como China, que constantemente rompen e ignoran las reglas, pero tratar a nuestros aliados cercanos y de largo plazo de la misma manera es improductivo en el mejor de los casos”, escribió Scott en X.
Rand Paul, senador republicano por Kentucky, escribió en X: “Los aranceles son simplemente impuestos. Los conservadores alguna vez se unieron contra los nuevos impuestos. Gravar el comercio significará menos comercio y precios más altos”.
Los demócratas del Congreso criticaron la medida de Trump. “Estos aranceles imprudentes son un mazazo donde es necesario un bisturí, y el pueblo estadounidense pagará el precio”, dijo Richard Neal, el demócrata de mayor rango en el comité de la Cámara de Representantes que supervisa la política comercial.
El Instituto Peterson estimó el mes pasado que el alza arancelaria causarían daños económicos a todos los países involucrados, incluido EEUU. Según los cálculos, el impuesto del 25% a las importaciones de Canadá y México afectaría a la economía estadounidense en unos US$ 200.000 millones durante el mandato de Trump.
El impacto para EEUU de aranceles más altos a las importaciones chinas sería de US$ 55.000 millones. La inflación también aumentaría.
Ed Al-Hussainy, analista senior de tasas de interés y divisas de Columbia Threadneedle, dijo que EEUU se había “embarcado en la estrategia arancelaria más riesgosa, con una alta probabilidad de represalias”.
Los analistas de investigación de Goldman Sachs escribieron el domingo que “es más probable que los aranceles sean temporales” debido a su potencial impacto económico y a que la Casa Blanca ha establecido condiciones generales para su eliminación.
El banco de inversiones ya había estimado que un arancel a largo plazo del 25% sobre las importaciones de Canadá y México aumentaría los precios básicos del gasto de consumo personal en un 0,7%.