Mayor demanda y un precio sobre los US$ 3 la libra. Las perspectivas para el cobre parecen estar en terreno positivo, según se desprende del seminario Mercado del cobre en 2021, organizado por Sonami y el CRU.
Especialistas de esta consultora indicaron que hay varios factores que están apoyando los precios, como los estímulos económicos para hacer frente al Covid-19, el debilitamiento del dólar y la recuperación de China.
Según sus proyecciones, en lo que se refiere a producción global de cobre de mina, va a haber una caída en alrededor de 1,6%, pero habrá una recuperación fuerte en 2021 de 3,1%, al menos.
“En parte, eso es recuperación de lo que se perdió este año, pero también empieza a entrar una nueva ola de proyectos en construcción, algunos en Chile, otros en Perú y en el resto del mundo”, explicó el analista Erik Heimlich.
Por el lado de la demanda, la estimación es de una caída de 3,4% este año y de un crecimiento de 4,6% a nivel global en 2021.
La consultora puntualizó que se está entrando en un período de culminación del desarrollo de proyectos, “lo que va a sostener un crecimiento más o menos alto de la parte oferta durante los próximos años”.
En cuanto al precio, la proyección realizada en noviembre por el CRU, fue de US$ 3,13 la libra para 2021. Aunque no se ve un súper ciclo, sí será un año con muy buenos precios.
En cuanto a la pandemia, Heimlich dijo que hubo efectos muy importantes que no fueron parejos a lo largo de la industria. En el caso de Chile, indicó que la minería fue “bastante exitosa” para evitar efectos del Covid-19 a pesar de las restricciones.
Y aunque destacó que la producción chilena en la primera parte del año fue muy fuerte, reconoció que eso se ha ido moderando. “Sabemos que algunas minas van a pagar un costo por el esfuerzo que se hizo de continuar en operación”, pese a las dotaciones reducidas, dijo.
Una de las consecuencias del Covid-19 fue el fomento de la economía verde. Francisco Acuña, también del CRU, señaló que aproximadamente menos del 2% del consumo total de cobre refinado está asociado a la electromovilidad y su infraestructura. Esto tendrá un crecimiento exponencial en la próxima década y hacia el año 2035 llegaría al 16%.
“Estimamos que hacia el año 2030 casi que la demanda de cobre refinado se estancaría si es que no existiera la electromovildiad”, recalcó.