Para dar seguridad y un estatus de largo plazo, los gobiernos de Chile y Argentina trabajarán para establecer una estructura vinculante entre ambos países, con el objeto de dar un carácter estable y no de oportunidad o emergencia a los intercambios de electricidad y gas.
Respecto de este segundo combustible y dado que una de las ideas que está en análisis por parte de ambos gobiernos es impulsar swaps de gas argentino usando los gasoductos del Pacífico y GasAndes, el titular chileno de Energía, Máximo Pacheco, dijo que uno de los temas que están revisando, junto a las carteras de Hacienda, tiene que ver con el tratamiento tributario de este hidrocarburo en tránsito.
“Hay que resolver temas tributarios, para no recargar este intercambio con una doble tributación”, precisó Pacheco, quien agregó que esperan avanzar con rapidez.
A su turno el ministro trasandino de Energía, Juan José Aranguren, quien realizó una visita relámpago de escasas cinco horas, añadió que el objetivo del trabajo bilateral es tratar de avanzar hacia una normativa estructural.
“Estamos trabajando en la integración del aspecto regulatorio, lo que tiene que ver con temas tributarios, ambientales y económicos que avancen a la defensa de ese valor que es mantener y sostener la confianza entre los dos países”, aseguró.
Consultados respecto del carácter vinculante que podría tener esta normativa estructural para la integración, Pacheco aseguró que “queremos avanzar en la dirección de que esta integración no sea de oportunidad, ni en el mercado spot, o por una sola vez, sino que algo que verdaderamente sea de largo plazo”.
Privados piden cambios regulatorios
Pacheco y Aranguren se reunieron ayer en el marco de un seminario de integración energética con Argentina, donde también intervino el gerente general de Enersis Américas, Luca D’ Agnese, quien se refirió a la oportunidad comercial que ofrece la venta de electricidad a Argentina.
El ejecutivo explicó que pese a que se ha visto una convergencia a niveles de precios similares, en la actualidad la electricidad en Argentina es más cara que en Chile, con un promedio a junio de este año de US$ 118 por MWh.
En este sentido, D’Agnese señaló que la capacidad autorizada en la actualidad para inyectar electricidad al otro lado de la cordillera, que asciende a 200 MW, es insuficiente para lo que ese país necesita.
A la luz de lo anterior, el gerente general de AES Gener, Javier Giorgio, añadió que para incrementar las exportaciones eléctricas se requiere un cambio en la regulación chilena.
Dijo que técnicamente en el caso de la línea de Salta, que es de propiedad de la empresa y actualmente la única existente para este tipo de intercambios, por la cual ya se han enviado del orden de 100 Gwh, en el corto plazo es posible elevar la capacidad de despacho sin afectar la seguridad del sistema para lo cual se requiere una inversión menor, con la cual es posible alcanzar el máximo de diseño de 640 MW.
Sin embargo, dijo que la regulación hoy impone restricciones, pues por ejemplo se permite exportar la producción de centrales que no estén despachadas en Chile.
Además, dijo que es importante flexibilizar otros aspectos del sistema relativos a mínimos técnicos, excedentes de energías renovables y energía generada en períodos de prueba de unidades.