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Fundación Chile concretó sus proyectos este año y en 2018 la meta es desplegarlos

Para el próximo año proyectan integrar problemáticas de agua y las ciudades e industrias inteligentes a sus áreas de acción, además de ahondar en el potencial del desierto.

Por: Noticias | Publicado: Lunes 11 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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En los últimos 10 años, Fundación Chile ha levantado propuestas y proyectos que abordan desafíos de diferentes sectores productivos. Entre sus ejes centrales de acción ha destacado la minería, la acuicultura, la energía solar, la educación y el capital humano, áreas que en 2017 tomaron más fuerza y que los hacen valorar de mejor manera el cierre de año.

Marcos Kulka, gerente general de la fundación, cataloga como intenso, pero tremendamente positivo, el año que está por irse, debido a la concreción de proyectos en distintos frentes. A su juicio, el éxito en áreas tan diversas se debe a la definición -hace casi una década- de distintos ejes y al trabajo y coordinación constante entre ellos, destacando como su mejor resultado el posicionamiento que ha logrado el país en estas industrias.

“Hace ocho años teníamos una apuesta gigantesca, veíamos lo que venía, desde tendencias tecnológicas, pasando por cómo ha cambiado el mundo con la economía colaborativa, hasta el cambio climático. Con ello empezamos a tomar conciencia del tipo de cosas que teníamos que hacer y hoy ya se concretan”, comenta.

Añade que al orientarse en los principales sectores productivos y de servicios de Chile, cuyas problemáticas son también globales, se posibilitó la visión de escalamiento de varios proyectos. Para conseguirlo, dice, se plantearon como meta reflexionar enfoques distintos para estas problemáticas y así cambiar la forma de hacer las cosas.

Una forma de hacerlo fue a través de la generación de hojas de ruta de proyectos a 20 años plazo, pero que ya se utilizan, por ejemplo, en minería y en el enlace entre la academia y la industria. Su enfoque fue reconocer las necesidades de estos sectores y así mejorar la calidad de la educación que se entrega.

El ejecutivo destaca que hoy, a días de que termine el año, miran hacia atrás y ven el trabajo bien hecho, aunque todavía con varios desafíos por delante. Entre ellos, el planteamiento que para dejar de depender del cobre, la única opción es hacerlo con el cobre, pero a través de innovación, subproductos, emprendedores y de manera sustentable, pavimentando así, el camino para una minería verde.

“En minería tenemos planes y proyecciones a 2035 y en energía solar, por ejemplo, para otras dos décadas”, comenta.

En materia minera, Fundación Chile junto a socios estratégicos del sector, lanzó el programa que permitirá habilitar la integración tecnológica en la industria, unificando estándares para un mejor resultado. Con ello, esperan aportar a la meta consignada en el programa de Minería de Alta Ley, que apunta a exportar al menos US$ 4.000 millones en tecnología para el sector.

Otro de los frentes que también han impulsado y donde las hojas de ruta comienzan a jugar un rol esencial, es en educación y en capital humano. La idea es cambiar la metodología en la enseñanza, dejando de centrarse únicamente en el ingreso a la educación superior para hacerlo más en la forma en que se enseña, considerando las necesidades de la industria actual.

“En términos de educación, tenemos que ser como un tren bala. Tenemos salas de clases del siglo XIX, con profesores del siglo XX, enseñando a niños del siglo XXI y eso es algo que no se puede mantener. Debemos lograr una educación que se alinee con los requerimientos actuales”, afirma.

Retos

Si 2017 fue de concreciones, 2018 será de despliegue. Así lo afirma Marcos Kulka al analizar el próximo ejercicio. Para el ejecutivo, el buen año no significa en lo absoluto un descanso, sino más bien el inicio de un trabajo que debe mantenerse e incluso extenderse.

En esta línea, adelanta que sumarán el área de industrias y ciudades inteligentes a las que ya trabaja la fundación. Un desafío no menor, según agrega, considerando la necesidad de llegar a convertirse en una smart city, e ir a la delantera en un momento en que el 70% de la población mundial vive en ciudades que aspiran a lo mismo.

Agrega que también se enfocarán en el desarrollo de energías limpias; la resolución de problemas relacionados al agua, donde según Kulka, hasta el 70% podría resolverse sin tocar el código respectivo.

La singularidad que ofrece el desierto será otro foco, donde asegura hay un polo de desarrollo enorme.

Junto con estas materias, el avance de la fundación en minería se mantendrá constante, esta vez de la mano de retos de sustentabilidad hacia una minería verde. La meta bien podría ser operar con energías renovables no convencionales y agua de desalinización.

“El mundo está cambiando y las empresas que hoy son parte del top 10, en 20 años no lo serán más. Van a tener que cambiar por completo sus modelos de negocio o simplemente van a ser emprendimientos los que tomen su lugar. Esos cambios de futuro ya los estamos y seguiremos explorando”, concluye.

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