Emprendedoras chilenas apuestan por sectores tradicionales, pero les falta innovar

Emprendedoras de entre 31 y 40 años, con negocios que facturan menos de $ 1 millón al mes, un máximo de tres empleados y orientadas a rubros como alimentación, confecciones y comercio, es la caracterización que reveló el estudio “Perfil emprendedoras de pequeñas empresas en Chile” realizado por Mujeres del Pacífico.

En detalle, la medición, realizada en junio de este año a 457 personas y que buscó complementar otra investigación de 2016, refleja que el 53% de las encuestadas se dedica a los rubros tradicionales como servicios profesionales (16%), alimentación y gastronomía (10%), comercio (8%), y diseño y decoración (7%), entre otros.

Claudia Abusleme, socia directora de Mujeres del Pacífico, expresa que si bien este resultado confirma uno desafío conocido, que apunta a sumar más emprendedoras en proyectos de carácter científico-tecnológico, debido a su dinamismo y potencial de crecimiento, también hay oportunidades dentro de los rubros más tradicionales como la gastronomía o el comercio.

“Tenemos un reto de quebrar esquemas. Hay que entender que sí se puede innovar dentro de estos rubros tradicionales, logrando desarrollar negocios con potencial internacional. Un ejemplo es el caso de Carolina Echenique creadora de TIKA Chips, que innovó en un rubro tradicional y se ha convertido en una empresa con grandes proyecciones internacionales”, comenta Abusleme.

Uno de los factores que puede aportar a que las mujeres comiencen a explorar los rubros menos tradicionales y emprender con mayor innovación es la baja en el promedio de edad, que fue detectada en esta medición.

“En general, todos los estudios apuntan a que la edad promedio es entre 43 y 45 años, y en esta investigación vemos que el grueso se encuentra entre 31 y 40. Esto es muy positivo, porque en la medida que baja la edad promedio se ve a mujeres con otros conocimientos que pueden generar emprendimientos más dinámicos”, explica la ejecutiva.

Financiamiento

Otro de los problemas que identificó el estudio apunta al financiamiento. El 48% de las encuestadas afirma que la principal dificultad que han tenido que enfrentar es el acceso a capital y recursos. Le sigue la captación de clientes con 24%.

“Esto se relaciona con la brecha que tenemos en el crecimiento de los emprendimientos femeninos, porque es imposible que con tu propio capital puedas hacer crecer tu proyecto. Por eso tenemos muchas firmas en etapas tempranas y con baja facturación (…). Esta dificultad se presenta por la falta de conocimiento de las mujeres en el acceso a financiamiento y la misma descoordinación del ecosistema que provoca una desinformación de los beneficios que existen”, afirma Abusleme.

Esto se refleja en los desafíos que declaran tener las emprendedoras de cara a los próximos dos años. Así, el 60% señala que el principal reto es crecer en ventas, mientras que el 15% sostiene que es abrirse a mercados extranjeros.

Respecto de las características de los emprendimientos, la medición muestra que el 79% tiene entre uno y tres empleados y que solo el 8% tiene más de 10 personas contratadas.

En cuanto a la antigüedad de la firma, el 25% tiene menos de un año, 37% tiene entre uno y tres años, 14% entre tres y cinco años y el 24% más de cinco años de operación.

Mejores perspectivas de crecimiento

Otro de los datos, que a juicio de Abusleme destaca en el estudio, corresponde a las perspectivas de crecimiento del país y de los negocios de las emprendedoras.

El 95% de las participantes de la encuesta cree que su empresa va a crecer en 2018, y el 88% afirma que la economía del país también lo hará.

“Esto responde a las políticas de género que se han implementado en Chile y que no existen en otros países. Estas líneas pioneras generan una confianza respecto del futuro, porque las mujeres sienten que tienen más oportunidades de comenzar a emprender y quienes ya lo han logrado, de hacer crecer sus negocios”, concluye la ejecutiva.