El secreto israelí para ser un país de startups: Estado y privados trabajan juntos
Hay 5.000 startups -se crean unas 80 cada año- que emplean al 8% de la población.
- T+
- T-
Drones en calles, vehículos a un paso de ser autónomos -que identifican obstáculos y peatones mediante sensores y cámaras- wifi gratuito en la ciudad y aplicaciones para moverse de manera inteligente son sólo algunas de las innovaciones presentes en Tel Aviv en Israel.
Esta ciudad, considerada el centro económico del país, es también sinónimo de innovación. Aquí, de la mano del municipio, dirigido hace 19 años por Ron Huldai, la innovación es clave y desde hace ocho años la dejan ver en el DLD Tel Aviv Innovation Festival, evento que reúne a emprendedores de más de 20 países, mentores, inversionistas y compañías tecnológicas para mostrar el ecosistema israelí.
Ya sea en la antigua estación de trenes de Hatachana, convertida en un centro de eventos, o a través de una feria de prototipos en el Rotschild Boulevard, el mundo emprendedor se abre a ciudadanos y visitantes durante el festival.
Israel, con cerca de ocho millones de habitantes, cuenta con exhibiciones y emprendimientos de sobra. Según datos oficiales, hay 5.000 startups -se crean unas 80 cada año-, las mayoría en Tel Aviv, que emplean al 8% de la población y que representan el 50% de las exportaciones industriales del país.
Su rápido crecimiento como polo de innovación global ha sido un imán para que multinacionales tecnológicas como Google, Samsung, IBM y Facebook se instalaran en la urbe, posicionándola como laboratorio de alta tecnología.
Ecosistema funcional
Israel ha trabajado en diferentes frentes para lograr un ecosistema funcional. Se prioriza la educación de calidad, se fomenta la transferencia de tecnologías de la academia al mercado y se entiende el fracaso como un proceso clave. A ello se suma la fuerte instrucción militar para hombres y mujeres, que entrega herramientas para emprender.
Para Aharon Aharon, director of Israel Innovación Authority -entidad a cargo de la innovación, dependiente del Ministerio de Economía -, el éxito que han logrado se debe a su ecosistema, que integra a diferentes actores y sectores y financia investigación, desarrollo y emprendimientos durante todo su proceso de crecimiento.
“Al apoyar la industria del conocimiento se fortalece la economía”, dice, y agrega que cuando se invierte US$ 1 en Investigación y Desarrollo (I+D), la economía crece US$ 5. Es tal la confianza, que en el gobierno invierte 4,3% del PIB en I+D, convirtiéndose en el país líder en negocios relacionados y en inversión extranjera en I+D, afirma, recibiendo principalmente, capital de Estados Unidos.
A esta fórmula se suma una industria formal de venture capital (capital de riesgo) compuesta por 70 fondos activos, que financian startups, incluso, en fase de concepto hasta etapas avanzadas, con énfasis en la fase intermedia.
“Desde early stage en adelante, el financiamiento debe provenir de inversionistas ángeles, family offices y venture capital. Para fortalecer los ecosistemas es necesaria está cooperación”, comenta Yossi Vardi, emprendedor serial y fundador del DLD Tel Aviv Innovation Festival.
Pese que todo parece resuelto, Israel busca nuevos desafíos. De cara a los próximos años, proyectan mantenerse en la cima de la innovación, empujando con ella diferentes sectores de la economía.
Ciudad de contrastes
Pero en Tel Aviv, a pesar de los avances tecnológicos, no todo es perfecto. “En esta ciudad, tal como ocurre en urbes de otros países en Asia o América e incluso Europa, se presentan fuertes diferencias sociales”, advierte Assaf Zamir, deputy mayor de Tel Aviv-Yafo.
Afirma que para enfrentar esta situación el municipio junto al apoyo privado tomaron medidas. Entre ellas, crearon Haratzif, una especie de hub, emplazado en un sector popular de la ciudad, enfocado en soluciones para los desafíos sociales urbanos.
En una línea similar, pero orientados a revertir retos en salud, en la zona de Jaffa instalaron el hub y aceleradora TechforGood. Allí, entre otros proyectos, emprendedores trabajan con Realidad Virtual (VR) para tratar lesiones físicas a través de la simulación de movimientos.
Otra medida, es el concurso Start Tel Aviv que organiza el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país y el municipio de la ciudad, que este año estuvo enfocado en innovaciones sociales. Un certamen que se se replicó en 20 países -en su mayoría emergentes y considerados innovadores -como Chile, Corea del Sur, Letonia y Myanmar- y cuyos ganadores participaron del DLD Innovation Festival.
José Tomás Arenas, cofundador de DART: "Acá se toman a los emprendimientos en serio"
Tras ganar la versión chilena de Start Tel Aviv, José Tomás Arenas, cofundador de DART, solución creada por Teledx.org, que busca detectar precozmente la retinopatía diabética con Inteligencia Artificial, fue el representante nacional en Israel.
Una experiencia que, dice, dejó en evidencia las diferencias culturales entre el ecosistema de Israel y Chile y de dónde es posible tomar buenas prácticas.
"Acá el emprendimiento sí funciona como un negocio, porque el ecosistema en su totalidad cree que es posible y trabaja para conseguirlo, se toman en serio a la startups", comenta Arenas y agrega que es un modelo que en Chile se podría tomar como referencia.
Respecto de su participación en el DLD Innovation Festival, señala que le permitió evaluar su modelo de trabajo desde una perspectiva global en conjunto con expertos, quienes le hicieron ver la escalabilidad de su solución.
Hoy la startup busca concretar su presencia en el sistema de salud público chileno y ya está pensando en exportarla, por ejemplo, al mercado estadounidense.
El ecosistema en cifras
5.000 startups existen en Israel.
80 nuevos emprendimientos se suman, en promedio, al año.
50% de las exportaciones industriales de Israel provienen de emprendimientos.
4,3% del PIB invierte este país en I+D.
70 fondos conforman el sector de Venture Capital.