Chile necesita casos de éxito para el despegue de la industria de capital de riesgo
Entre las propuestas de los actores está crear un fondo de fondos para acelerar la inversión institucional y ampliar la Ley de I+D a la compra de innovación a terceros.
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Chile ya cuenta con una masa crítica de emprendedores de base científico tecnológica y con capital semilla para apalancar sus proyectos. Pero el reto hoy es impulsar una industria de private equity y venture capital (capital de riesgo) que permita financiar y acompañar a las startups que operan en esta esfera.
Esta fue una de las conclusiones del Encuentro Internacional: Inversión en Emprendimientos de Ciencia y Tecnología, organizado por la Universidad Católica (UC) y la Asociación Chilena Administradoras de Fondos de Inversión Acafi, donde los actores coincidieron en dos aspectos, faltan casos de éxito y la implementación de un fondo de fondos que facilite la entrada de inversionistas institucionales.
El vicerrector de Investigación de la Universidad Católica, UC, Pedro Bouchon, señala que el desarrollo de la industria de capital de riesgo está en una etapa "adolescente", donde las personas entienden cada vez más de qué se trata y ya no son inversionistas que buscan una seguridad en el portafolio, por lo tanto, se están atreviendo a hacer una apuesta más agresiva.
"Faltan casos de éxito que mostrar, cómo retornó la inversión de alguien que apostó por ellos y eso va a determinar que haya más tiraje en el sistema y falta ver estas acciones en práctica, estos fondos de riesgo existen, están habiendo conversaciones, pero hay que acelerar el inicio de esas inversiones", afirma.
Plantea que es necesario invertir en la tecnología en sí, "pero en todo lo que la acompaña. Hay que apoyar en forma íntegra el escalamiento de este negocio".
Inversión institucional
El presidente de Acafi, Luis Alberto Letelier, comenta que si bien Corfo ha hecho un trabajo importante en los últimos años al ir creando un ecosistema para toda la primera etapa de desarrollo de proyectos tecnológicos, "faltan fondos de mayor tamaño que puedan ir haciendo un reemplazo en términos de financiamiento de estas etapas cuando vayan consolidándose".
"Una de las maneras de aumentar el tamaño de los fondos es desarrollar una estructura de fondo de fondos, de manera tal de poder ofrecer fondos más grandes a inversionistas institucionales, chilenos o extranjeros, y que esos puedan invertir a su vez en venture capital o private equity, con eso podemos dar un paso importante en otorgar una mayor escala al financiamiento de las empresas, por la vía de la inversión de fondos", afirma Letelier.
Propone que no sea un fondo con subsidios, sino uno en el que Corfo pueda invertir capital al igual que otros inversionistas, es algo similar con lo que hicieron una línea de financiamiento que se llama K1, que invertían en capital, no deuda, explica. Una idea que ya plantearon a la entidad estatal.
"Esto requiere un cambio legal y por lo tanto, seguimos trabajando con Corfo para ver cómo concretar esto en un proyecto de ley", dice.
Eduardo Bitran, vicepresidente ejecutivo de Corfo, señala que un objetivo importante para la entidad que lidera es justamente atraer más inversionistas institucionales al capital de riesgo, a quienes "les cuesta invertir en fondos individuales por distintas razones, hemos estado hablando con la industria el concepto de fondo de fondos, y esa es una iniciativa en que desde acá se puede ayudar".
Explica que Corfo podría invertir capital junto a inversionistas institucionales para crear un fondo grande, de cientos de millones de dólares que invierta en fondos de capital de riesgo, no en proyectos individuales, lo que "abre las puertas a las AFP, a compañías de seguros de vida, facilita la entrada de Family Office internacionales, por ejemplo, de la costa este de Estados Unidos", explica.
Si bien están en conversaciones con la industria, dice que tiene que ser una propuesta del gobierno y de los ministerios, porque requiere una iniciativa legal.
Bouchon advierte que la idea de un fondo de fondos "hay que mirarla en perspectiva". Plantea que sería interesante si permite ayudar a establecer guías y patrones para definir de mejor forma las inversiones. "Tal vez es una segunda etapa que debiese venir, -sin privilegiar el auspicio a los fondos en sí-, pero requiere un poco más de madurez del sistema. Sin embargo, hay que ser consciente de la porción de inversión que se podría integrar a estos fines", dice.
Ampliación de la Ley de I+D
Letelier propone ampliar la Ley de Incentivo Tributario a la I+D (Investigación y Desarrollo) a la compra de innovación a terceros o a la adquisición de una empresa de base científico tecnológica.
"La propuesta surgió en Acafi, impulsada por nuestro director Cristóbal Silva, conversado con autoridades. No tenemos nada concreto, pero seguimos pensando que es una muy buena idea y que debiera tomarse y reflejarse en un cambio legal, pero aún no hay avances" , comenta.
Bitran: "Estamos resolviendo el valle de la muerte"
El vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran, afirma que Chile ha avanzado mucho en la industria de capital de riesgo pero todavía hay desafíos, como seguir profundizando la creación de fondos de capital de riesgo tecnológicos de fase temprana. Comenta que hoy hay cinco fondos aprobados y dos en camino que van en una razón 3 a 1 en financiamiento y espera cerrar el año con al menos siete fondos y US$ 80 millones.
"Con estos instrumentos estamos resolviendo el fenómeno del valle de la muerte, en que las empresas que están partiendo su proceso de crecimiento se caen o crecen muy lento porque no tienen acceso a capital", afirma.
Adelanta que de aquí a mediados del próximo año, la meta de tener una industria de fase temprana "con ocho a 10 fondos, con una inversión de US$ 120 millones, se va a cumplir". Bitran también señala que el consejo de Corfo aprobó una reformulación del subsidio de Alta Tecnología que entregaba recursos por empresa de hasta US$ 1,5 millón, lo que "es mucho dinero". A cambio, y bajo el entendimiento que existe una necesidad de empresas biotecnológicas, químicas y de ingeniería que requieren de una cantidad de recursos importante en una etapa temprana donde todavía no hay venta, idearon un fondo de capital de riesgo tecnológico mixto.
Se compone de un subsidio de pilotaje o validación que puede llegar hasta US$ 350.000, en lugar del US$ 1,5 que adjudicaba el de Alta Tecnología, y una cobertura de riesgo de alrededor de US$ 700 mil.
Una vez que ingrese a la Contraloría viene un proceso de diálogo con la industria para difundir el instrumento y desarrollo de capacidades.
Miranda: falta venture capital para escalar
Para el managing partner de Austral Capital, Gonzalo Miranda, es necesario reforzar la cadena de financiamiento en Chile. A su juicio, es necesario crear mayor venture capital para aquellos proyectos que necesiten escalar dentro y principalmente fuera del país.
Agrega que es clave entender que en determinados proyectos, como aquellos de base científico tecnológica, los plazos son más amplios y los retornos no siempre son a cuatro o cinco años, sino que se extienden a ocho o diez. Algo que Austral Capital ha entendido y en lo que trabaja desde hace algún tiempo. "Somos accionistas de varias compañías que han escalado, una de ellas es Andes Biotechnologies, liderada por Pablo Valenzuela, donde invertimos desde la etapa más temprana y hemos ido en sucesivas rondas, y hoy esa tecnología que promete hallar una cura contra el cáncer está siendo probada en humanos en Estados Unidos", cuenta.
Añade que el venture capital en emprendimiento no debería considerar sólo los plazos de rentabilidad, sino la creación de valor y por ende, el potencial de estas tecnologías en el mercado actual y futuro en el país y el extranjero.
Galdo: "Latam ya entiende el capital de riesgo"
"El inversionista tiene que comprender que estadísticamente, la mayoría de las inversiones no van a funcionar", esa es la premisa de Nils Galdo, general and founding partner de Scale Capital, para financiar startups. No obstante, advierte que no siempre se puede pensar en un potencial fracaso y en esa labor, comenta, es clave que el emprendedor consiga el balance de su compañía, con la ayuda de un socio activo que entienda algo del negocio y que más allá del capital, esté dispuesto a asumir el riesgo.
Para Galdo, tanto inversionistas como emprendedores deben entender el mundo del otro para llegar a acuerdos. "Es necesario recurrir a un inversionista específico, que entienda del negocio, del sector y que participe de la aventura con el emprendedor para que en conjunto, las posibilidades de fracaso se minimicen para todas las contrapartes", afirma. Algo que hoy ya es posible conseguir en la región, ya que a su juicio, en Latinoamérica, los inversionistas están comenzando a entender el negocio del venture capital para las startups. "Después de varios años de aprendizaje, hay oportunidades", concluye.
Caso de éxito: Golden Omega
Para el gerente general de Golden Omega, Jorge Brahm, compañía que produce y vende concentrados Omega 3 de calidad internacional, desde la región de Arica y Parinacota, el desafío no es precisamente levantar capital, sino consolidar un grupo humano. "Cuando alguien se aproxima a un inversionista debe hacerlo con mucha solidez científica y en su modelo de negocios. Creo que teniendo una buena idea y bien respaldada, el inversionista está abierto a dar el paso a invertir", dice el ejecutivo que tiene como inversionista al grupo Angelini.
Para lograr esa solidez, comenta, es necesario contar con equipos multidisciplinarios, algo que se va conformando en el tiempo. En su caso, lo han logrado gracias al trabajo con el grupo Harting, del rubro químico, quienes entregan multidisciplina, mediante científicos, ingenieros y a su vez, el conocimiento para escalar y patentar los desarrollos tecnológicos de Golden Omega, explica Brahm.
Al apoyo empresarial, agrega, se suman trabajadores de la misma zona norte, donde afirma hay talento que se subestima, sólo por estar alejado de las ciudades más pobladas del país.