Inmobiliaria Paz invertirá US$ 337 millones y aumenta presupuesto para compra de terrenos
En junta de accionistas, el gerente general, Ariel Magendzo, dijo que la empresa no busca ser la más grande, sino que la más rentable.
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Sin perder el ritmo. La inmobiliaria Paz comprometió inversiones por US$ 337 millones para este ejercicio, los que suben sobre los US$ 539 millones si se consideran los recursos comprometidos hasta 2023.
En junta de accionistas, el gerente general de la empresa, Ariel Magendzo, detalló que esperan tener un nivel de escrituración, es decir, el cierre de una venta, hasta 30% mayor a 2018, ejercicio que se vio afectado por el retraso en algunas iniciativas. Mientras el año pasado, lograron 5,2 millones de UF, ahora buscan llegar al rango entre 6,5 millons y 7 millones de UF.
"En 2019 queremos insistir en nuestra estrategia de crecer con prudencia, no queremos ser los más grandes, pero sí los más rentables", dijo al momento de detallar que ya llevan cinco ejercicios con utilidades sobre los $ 20.000 millones, lo que consideró todo un hito.
Para mantener esto, la empresa busca tener del orden de 40 proyectos andando en sus distintas etapas de desarrollo. Un tema fundamental en esto es contar con un banco de terrenos que les permita ir renovando el stock.
En esa línea, la empresa tiene un presupuesto de 2 millones de UF para compra de paños, poco más de US$ 80 millones, superior al del ejercicio anterior que fue de 1,4 millones de UF.
Actualmente la empresa tiene un banco de 32 paños, que le permitirían desarrollar del orden de 43 etapas, equivalente a 7.232 unidades de viviendas, en tres años.
El foco está en las comunas céntricas de la región, dado que apuestan por lugares con buena contectividad. Esto, que además está ligado a la cartera de oferta que desarrollan, implica que el 20% esté concentrado en la zona oriente, que es donde pueden obtener unidades de mayor valor.
Expandir presencia en Perú
Aunque la empresa ya lleva varios años en Perú, la empresa espera seguir creciendo en ese mercado, concentrando principalmente en Lima.
“Nuestra aspiración es que Perú tenga un nivel de ventas en torno a US$ 70 millones u US$ 80 millones al año, en un contexto donde hoy estamos en la mitad. Para poder hacer eso necesitamos tener un portafolio de proyectos, sumar cuatro a cinco iniciativas al año. Y eso te arma un portafolio de unos 12 proyectos, entre los que estás partiendo y los que estás terminando”, dijo Magendzo, al contextualizar que esto implicaría que la operación en ese país explique el 25%, en un plazo que podría tomarles cuatro años.
Agregó que una de las limitantes de ese mercado, es que el sistema de créditos hipotecarios no funciona de la misma manera que en Chile, pese al gran número de competidores. “En Perú es mucho más difícil conseguir créditos hipotecarios, hay una serie de razones y es una cosa que está en evolución, pero al final en todos los países donde hay un mercado de crédito hipotecario desarrollado, es más fácil desarrollar los negocios”, dijo.
En Brasil, siguen en su plan de salida y ya solo les quedan 50 departamentos por vender. ¿No se han arrepentido de salir de ese mercado? “Cuando tomas una decisión es mejor mantenerla”, dijo.
Cuestionamientos de los persmisos
El ejecutivo abordó los cuestionamientos que han tenido algunos permisos, especialmente en Estación Central, donde ellos han sido grandes desarrolladores.
“Si uno supiera las condiciones al inicio, antes de que compres un terreno o incluso antes de que inicies la construcción, son las reglas de juego que uno siempre tiene que adaptarse. El problema es cuando uno ya tiene un edificio en construcción o terminado y ahí te reinterpretan las condiciones”, dijo.
Agregó que “creemos que Estación Central es una extraordinaria comuna para lo que es edificación de clase media, tiene super buenos accesos, creemos mucho en la comuna y hemos apoyado mucho el crecimiento. Los proyectos nuestros afortunadamente están todos en regla”.
Relató que incluso antes que explotaran todos estos problemas, ellos optaron por desarrollar algunos paños sin el método de fachada continua y altura libre, que es el que ha estado cuestionado, por uno de construcción aislada, lo que les evitó estar bajo un nivel mayor de incertidumbre hoy.