Banco Mundial recorta proyección para el PIB de Chile este año y anticipa recuperación recién en 2024
El prestamista internacional ahora prevé una baja de 0,9% para la economía nacional en el año en curso, cuatro décimas más pesimista que en octubre. El país sigue siendo, junto con Haití, el único de la región en que la actividad caería en 2023.
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Un crecimiento de 2,1% habría logrado la economía chilena en 2022. Esa es la estimación del Banco Mundial (BM), que junto con mejorar algo su visión sobre lo que había pasado con la actividad nacional en el año recién concluido -en octubre proyectaba un alza de 1,8%- recortó su pronóstico para el año que recién comienza.
En su Reporte de Perspectivas Económicas Globales, dado a conocer este martes, el prestamista internacional actualizó su panorama esperado para el mundo, Chile incluido. Ahora apuesta por una contracción de 0,9% del Producto Interno Bruto (PIB) local en 2023, un cuadro más pesimista a la baja de 0,5% que esperaba hace cuatro meses, en su última revisión.
Aunque es más negativa que la anterior, la estimación del documento se ubica en la parte más optimista del rango que estableció el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre, en el que planteó que este año la actividad caerá entre 1,75% y 0,75%.
Los motivos que llevaron al organismo a delinear este panorama para 2023 son varios. “Es probable que la economía de Chile se contraiga a lo largo del año, debido a que la baja en los ingresos reales erosionará el consumo”, destaca el BM, que agrega como antecedentes la elevada inflación y el debilitamiento del mercado laboral.
El reporte plantea que, pese a la debilidad de la actividad, lo más probable es que la política monetaria se mantenga restrictiva a principios de año. “Esto debería ayudar a mitigar las posibles presiones sobre los flujos de capital asociadas a la caída de los precios del cobre y a un considerable déficit de cuenta corriente”, se lee en el informe, que enumera el complejo año que se le avecina a Chile.
De hecho, los autores advierten que “el endurecimiento de las condiciones financieras también pesará sobre la inversión, que se espera se contraiga este año, y aumentará los costos de financiamiento para un sector privado muy endeudado”. Y, el documento puntualiza que “persiste una considerable incertidumbre política, vinculada al proceso de reforma constitucional y a los esfuerzos en curso en materia de pensiones y reformas fiscales”.
Pero la recuperación eventualmente se consolidaría, y permitiría que en 2024 la economía nacional crezca un 2,3%, una décima por sobre la estimación de octubre, que ya había sido corregida al alza desde el ejercicio de junio. Una proyección, además, en el rango del IPoM, que va de 2% a 3%.
Bajo la región
El BM estima que la economía de América Latina se expandió un 3,6% en 2022, y que ese impulso se moderaría a 1,3% en el año que recién comienza, para luego volver a repuntar 2,4%. O sea, de cumplirse este cuadro, estos tres años el crecimiento de Chile sería inferior al promedio regional.
La desaceleración regional de este año “refleja tanto los esfuerzos de las autoridades monetarias por controlar la inflación como los efectos secundarios de un panorama mundial poco auspicioso”, dice el reporte, que prevé que con el crecimiento “algo lento” de Estados Unidos y China se reduzca la demanda de exportaciones, de la mano de condiciones financieras restrictivas derivadas del aumento de las tasas de interés en la mayor economía del mundo.
Este año solo el PIB de Chile y Haití terminarían en terreno negativo en la región, cayendo 1,1% el del país caribeño. La economía de Brasil crecería un 0,8%, ya que las altas tasas de interés frenarían las inversiones y el crecimiento de la exportaciones se desaceleraría. Y la actividad de México se expandirá un 0,9%, por las condiciones monetarias restrictivas, la inflación persistentemente alta y la merma en las exportaciones.
En Colombia el alza iría en línea con la región (1,3%), y en Argentina el aumento sería de 2%, ya que la inflación “obstaculizará” la actividad económica. En Perú, “la fuerte incertidumbre normativa y la disminución de los precios de los metales frenarán el crecimiento”, que sería de 2,6% en 2023, y en Uruguay el PIB subiría una décima más.
Para la economía mundial el panorama no sería tanto más auspicioso: crecería un 1,7% este año y un 2,7% el que viene. “La fuerte desaceleración del crecimiento será generalizada: los pronósticos se corregirán a la baja para el 95% de las economías avanzadas y para casi el 70% de los mercados emergentes y las economías en desarrollo”, alerta el informe.