Bruno Vanier, director ejecutivo de inversiones Edmond Rothschild Asset Management, acaba de terminar su encuentro anual con inversionistas en París. Como siempre la asistencia fue masiva: cerca de mil personas escucharon atentamente las perspectivas del grupo fundado en 1953 por el Barón Edmond de Rothschild para el año que recién comienza.
Pero a diferencia de años recientes, el ambiente no fue bueno. Nada personal contra esta filial, al contrario. Simplemente fue el signo de tiempos muy, muy difíciles. Bien lo sabe esta filial del grupo LCF Rothschild. Hasta 2007 tenía bajo su gestión 13.300 millones de euros; hoy esa cifra se sitúa entre los 8.000 millones y 9.000 millones de euros.
“Los inversionistas están inquietos, choqueados por la caída de los mercados y hay una ansiedad muy importante”, reconoce Vanier, quien agrega que si bien hay temor, muchos inversionistas están en una posición muy líquida, pero necesitarán estar muy seguros para volver a las pistas.
Así, entre su cartera están las fortunas europeas que tienen una visión de conservación y transmisión de su patrimonio, e inversionistas profesionales, institucionales o independientes que probablemente tienen una perspectiva más de corto plazo.
¿Se puede dar tranquilidad a los inversionistas? No es fácil. De acuerdo a sus perspectivas, las noticias mejorarán a fin de año, pero en el intertanto, habrán alzas que harán pensar que comienza la recuperación y bajas que darán un golpe de realidad.
"Ante esta volatilidad, nuestra estrategia es invertir en sociedades o títulos más defensivos: telecomunicaciones, salud, utilities... que tienen rendimientos relativamente asegurados", explica.
Y si bien con esta política se corre el riesgo de perder parte de las ganancias que vendrán con un repunte rápido del mercado, Vanier prefiere volver gradualmente a acciones más cíclicas, para contar hacia fin de año con portafolios más agresivos. "No nos queremos apurar", acota.
Y mejor todavía si su hoja de ruta "con una estrategia defensiva que se volverá más agresiva", no está expuesta al caso Madoff. "En los fondos abiertos no teníamos Madoff y si los tuviéramos habría sido una falta profesional. Los bancos usaron de manera excesiva el leverage y los podemos insultar por eso, pero está la responsabilidad de los reguladores que permitieron estos excesos.