El tira y afloja que se advierte para la votación general de la reforma de pensiones en enero
El calendario del presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara, Alberto Undurraga (DC), fijó el primer mes del año para ese trámite, pero la oposición insiste en que se está haciendo una discusión demasiado a la rápida.
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En febrero próximo, el Congreso Nacional cierra sus puertas para el tradicional receso de verano. Y uno de los objetivos del Gobierno es que para esa fecha se haya aprobado en general en la Comisión de Trabajo de la Cámara la reforma de pensiones. El presidente de esta instancia, diputado Alberto Undurraga (DC) ya elaboró un calendario, según el cual una de las iniciativas emblemáticas de la administración de Gabriel Boric se votaría en enero, algo con lo que la oposición no está de acuerdo, pero están conscientes de que no cuentan con herramientas para cambiar la situación más que la voluntad del Ejecutivo.
La oposición es minoría en la Comisión de Trabajo de la Cámara con cinco representantes –tres RN y dos UDI-, mientras que el oficialismo más la DC cuenta con ocho. En este escenario, la reforma de pensiones tiene todas las posibilidades de ser aprobada en general en enero, como lo diseñó Undurraga. Al punto que el diputado Cristián Labbé (UDI) admite que en este sentido “tememos una gran debilidad como sector”, por lo que más que buscar una herramienta –que no la habría- para dilatar la votación, él prefiere “apelar a la sensatez” de sus pares del oficialismo y la DC.
Presión para votar
Partiendo de la base que todos en la oposición aseguran que su intención es avanzar en una reforma de pensiones que sea buena para el país y que quieren aprobar una propuesta que cumpla con ese objetivo, en el sector están convencidos de que no ha habido una tramitación que permita despejar las muchas dudas que les genera la iniciativa del Ejecutivo, aprovechando a los expositores que han desfilado por la comisión. Labbé sugiere que lo mejor es ir más despacio “para lograr un consenso entre todas las partes”, algo que hasta el momento no existe.
Entre los parlamentarios opositores coinciden en que la celeridad que el Ejecutivo y el presidente de la comisión le están imponiendo al debate no permite aclarar los temas, pues no se les puede hacer consultas en detalle a los expositores y tampoco ha habido tiempo, dice Labbé, para discutir a fondo.
Una mirada que comparte el RN Eduardo Durán, quien es partidario de escuchar a la mayor cantidad posible de expertos, pues este no es un proyecto cualquiera, sino que “se está cambiando completamente el paradigma” del sistema de pensiones. Por lo mismo insiste en que hay que conocer la mirada de todos los actores, incluso a la industria, para tomar una decisión con la mayor información posible.
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Durán dice que ve "difícil” que se vote en enero la idea de legislar, aunque propone redoblar las sesiones de la comisión para recibir más expertos organismos y personas.
Más radical es la postura de otro RN, el diputado Frank Sauerbaum, quien se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno. El parlamentario asegura que no aceptará la presión del Ejecutivo para aprobar en general la reforma de pensiones en la comisión. Según el parlamentario esto se lo comunicó tanto al Gobierno como al presidente de la comisión.
Desde su punto de vista, “Undurraga entiende que apresurar la votación va a generar un mal ambiente” y añade que “si nos obligan a votar, yo no tengo ningún problema en hacerlo en contra; porque la PGU va a mejorar por sí sola, sin necesidad de la reforma”, con esto último alude al hecho de que la reforma contempla mejorar el monto y la cobertura de la Pensión Garantizada Universal. Entre otros argumentos para su controvertida postura está el hecho de que asegura haber pedido hace semanas el informe acerca de la tasa de reemplazo y que el Gobierno aún no lo presenta; entonces, arguye que se pretende forzar la votación sin tener toda la información necesaria. Por otra parte, insiste en que si eso ocurre “la disposición a conversar (desde su sector) va a ser otra”.
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“Una señal a la ciudadanía”
En el oficialismo descartan de plano las críticas. De hecho, el diputado del Frente Amplio Andrés Giordano argumenta que el debate acerca de la reforma de pensiones no es reciente, sino que partió hace varias reformas, por lo que la tramitación “no debiera entramparse en esta primera etapa”. Por lo que su llamado es a “avanzar en conjunto con la apertura de dejarse persuadir por el contrario”.
Giordano insiste en llamar a que “demos una señal” a la ciudadanía de que una iniciativa con la urgencia que tiene la de pensiones avanza “y abordemos hasta la última coma del proyecto en la discusión en particular”.
En la misma línea analiza el tema otro oficialista, el socialista Juan Santana, señalando que hay que preocuparse de lo que es urgente para la ciudadanía y este proyecto lo es. Pero además retruca a la oposición, asegurando que ya ha escuchado a muchos expertos y que el Gobierno ha entregado todo tipo de informes permanentemente, cada vez que se han solicitado, para facilitar que la discusión se haga con la información. Por lo que estima que las quejas de la oposición se mantienen solo para sostener una eventual votación en contra.