Acuerdo Chile-Reino Unido no logra brillar: desconocimiento sobre su alcance le juega en contra
Análisis de Deloitte y la embajada británica plantea que la utilización de los tratados comerciales ha tenido una tendencia a la baja, un repunte en 2017 y 2018 y luego descendió a su mínimo en 2021.
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Un bajo conocimiento, y en consecuencia una moderada utilización, ha conseguido el Acuerdo de Asociación entre Chile y Reino Unido, vigente desde 2021. Este cuadro advierte un análisis encargado por la embajada británica a Deloitte Chile, el cual concluye que lo primero es “un factor relevante” a la hora de explicar lo segundo.
El tratado se suscribió luego del Brexit, que implicó la salida de los británicos de la Unión Europea. Dicho texto dio continuidad a la relación previa entre Chile y el bloque comunitario, y dos años más tarde comenzó un proceso de modernización del pacto, que sigue en curso hasta hoy.
El reporte, que consideró una etapa cualitativa y una cuantitativa, muestra que la utilización de los acuerdos comerciales -primero entre Chile y la UE y luego con Reino Unido- ha tenido una tendencia a la baja desde 2011, con un repunte en 2017 y 2018, pero alcanzando su porcentaje más bajo en 2021, con un 53% de las importaciones utilizando el Acuerdo de Asociación entre Chile y Reino Unido.
En el documento se plantea que existen diferentes niveles de conocimiento, desde la existencia muy básica del acuerdo hasta las disposiciones más complejas para hacer uso o beneficiarse del mismo. “Esfuerzos que tiendan a comunicar a los operadores comerciales relevantes de los acuerdos comerciales en vigor, o seguir desarrollando herramientas que faciliten su comprensión, probablemente aumentarían el uso del acuerdo”, se lee.
“El estudio viene a ser un aporte para conocer mejor cómo los operadores comerciales utilizan el acuerdo y promover sus beneficios”, relata Louise de Sousa, embajadora de Reino Unido en Chile, y agrega que “uno de los puntos clave del proceso de modernización ha sido la disponibilidad de datos e información”.
En la misma línea, el socio líder de Global Trade & Investment de Deloitte Chile y exsubsecretario de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), Rodrigo Yáñez, destaca que “queda de manifiesto la necesidad de que las autoridades realicen acciones, por ejemplo de difusión, con el objetivo de que el Acuerdo sea conocido por los operadores comerciales”. Resalta que “esfuerzos que propendan a hacer los acuerdos comerciales más legibles y fáciles de entender, también van en la misma línea de acercar estos instrumentos a las empresas insertas en el comercio exterior”.
Louise de Sousa, embajadora del Reino Unido en Chile. Rodrigo Yáñez, exsubrei. Cristina Bas, de Deloitte Chile.
Productos críticos
En lo estrictamente comercial, los datos revelan que algunos bienes “son importantes en términos de valor de las importaciones y al mismo tiempo no utilizan el acuerdo”. Ejemplos de ello son los productos farmacéuticos, productos químicos diversos y los plásticos y sus manufacturas, entre otros.
Cristina Bas, consultora senior en Global Trade & Investment de Deloitte Chile y coautora, detalla que entre las razones del bajo uso del acuerdo en estos casos están algunas dificultades asociadas al tránsito en países de la UE, y la alta dificultad para el cumplimiento de las reglas de origen, entre otros aspectos.
Para abordarlo, explica que “acciones que propendan a disminuir requerimientos excesivos (formalidades) asociados a la utilización del acuerdo, van a ir a favor de aumentar la utilización de este”. Y, en términos generales, resalta que mantener reglas de comercio actualizadas, incluyendo medidas de facilitación de comercio, reducen la carga administrativa de los operadores comerciales, lo que implica mayor facilidad en la utilización del tratado.
Sumado a los productos críticos, el reporte alerta que dos tratamientos arancelarios que aparecen reiteradamente dentro de los productos críticos son los bienes de capital y las exclusiones. El primero es “particularmente importante y plantea un conjunto específico de desafíos para lograr incentivar el uso del acuerdo de este tipo de productos”, alerta el análisis. En cuanto a las exclusiones, concluye que la única forma de avanzar es incluirlas en una futura modernización del convenio.
En miras a lo que viene -y considerando la modernización en curso-, Bas señala que para la implementación de disposiciones nuevas se debe disponer de una buena coordinación entre las autoridades relevantes, “para evitar que problemas asociados a desconocimiento o diferencias en interpretación afecten de sobremanera a los operadores comerciales”. Añade que buscar normas modernas que apunten a disminuir la carga administrativa “siempre irá en beneficio al uso de los acuerdos”.
TPP11
Este miércoles trascendió que Reino Unido alcanzaría “pronto” un acuerdo con los integrantes del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP o TPP11) para ingresar al acuerdo. El pacto entró en vigencia para Chile a fines de febrero, y Yáñez explica que la incorporación del país europeo “implica contar con la posibilidad de acogerse a reglas más modernas para las operaciones comerciales entre ambos países, que va en la línea con las recomendaciones del Estudio”.
La embajadora De Sousa añade que la incorporación al TPP11 “ciertamente abre mayores oportunidades en comparación con el acuerdo bilateral actual”, y destaca que el acuerdo “es una asociación moderna y progresista, con reglas que optimizan nuestra relación bilateral, pero el objetivo no es anteponer un acuerdo por sobre otro, sino conducir nuestra relación comercial con las mejores reglas disponibles”.