Zaldívar al PC: “Tiene que tomar una definición, si va a acompañar realmente al gobierno o no”
El legislador advierte que cuando la ciudadanía ve que en una coalición unos andan por un lado y otros por otro se da la imagen de no gobernabilidad.
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Pese a que el Partido Comunista terminó por respaldar el proyecto del reajuste al salario mínimo que impulsó el gobierno -que a su vez incorporó la propuesta hecha por los diputados de la Democracia Cristiana-, su rechazo inicial a la iniciativa fue una señal que no sólo no pasó inadvertida para nadie en la Nueva Mayoría.
De hecho, para el senador de la falange, Andrés Zaldívar, la conducta de los comunistas no sólo es reiterativa, sino que además no se corresponde con la disciplina que se le reconoce a la tienda de izquierda, por lo que demanda “coherencia”.
- ¿Cómo interpreta la señal que dio el PC al rechazar inicialmente la propuesta del gobierno del reajuste al salario mínimo?
- Es una reiteración de conductas que son absolutamente inconvenientes para la imagen del gobierno y de la Nueva Mayoría. Si cada partido, parlamentario o dirigente anda por su lado, eso -en definitiva- es una anarquía en la gestión política, que daña al gobierno. Desde el punto de vista económico, también fue un acto irreflexivo, porque en el manejo de la economía hay que ser muy coherentes y no se pueden tener dos o tres visiones diferentes de cómo afrontar los temas. Quién tiene la conducción de esto es el ministro de Hacienda y, por supuesto, la Presidenta de la República, por tanto, una vez que se tome una definición dentro del Comité Político y por la Presidenta, lo lógico es acompañar al ministro. Si no se acompaña a un ministro de Hacienda, ya sea desde el gobierno, el Parlamento y los partidos que componen la alianza, se debilita su imagen.
- ¿Considera que el ministro está debilitado?
- No, no. Ese tipo de acciones provocan un efecto negativo en lo que debe ser esa imagen. Él no está debilitado, sino que políticamente a un ministro de Hacienda no se le pueden crear esos conflictos. Al ministro de Hacienda hay que acompañarlo y apoyarlo, por supuesto que sí está haciendo mal las cosas, se cambia. Pero cuando se define una política como en el caso del salario mínimo -después va a venir el Presupuesto y el reajuste del sector público- si unos andan por un lado y otros por otro, no es la manera de ayudar o apoyar a un gobierno. Creo que el Partido Comunista tiene que tomar una definición, si va a acompañar realmente al gobierno o no. Es un tema que tienen que resolverlo ellos, pero si se está dentro de una alianza hay que responder a esa alianza. Y lo digo con toda responsabilidad, porque al PC siempre le he reconocido mucha disciplina, por eso uno tiende a pensar que esto es algo que ni siquiera corresponde a la tradición del PC.
- El ministro Fernández también calificaba de un socio serio al PC.
- Personalmente, he tenido muchas veces relaciones y acuerdos con el Partido Comunista, incluso cuando fui ministro de Hacienda y nunca tuve una queja, por eso digo que lo que está sucediendo en el ámbito de la economía, que no es la primera vez, no es bueno y daña al gobierno.
- Por lo mismo, ¿el rechazo inicial al proyecto es desafección, deslealtad, solo desorden?
- No me corresponde y no me gusta utilizar ese tipo de lenguaje. Lo que digo es que si estoy en una coalición hay que tener una conducta coherente con esa coalición. Que el PC diga que solo va a participar en el gobierno en materias de tipo social, pero no en las definiciones económicas porque no se convencen, no puede, habría una contradicción. El tema de si tengo un pie en la calle y otro en La Moneda, es más que nada una simbología que no corresponde a la realidad, porque uno siempre tiene que estar con la ciudadanía, escucharla, pero una vez tomada la decisión hay que decir si acompaño o no. Por último, y yo lo he hecho, cuando creo que hay una cosa que no corresponde he abierto un debate, he planteado y hemos logrado muchas veces soluciones y otras no. Lo importante, por un tema de gobierno y de respaldo ciudadano, es que la gente no nos vea que unos andan por un lado y otros para otro, porque eso da una imagen de no gobernabilidad, que está dañando la imagen del gobierno y de la coalición.
- ¿Con este tipo de situaciones se le hace cuesta arriba la tarea al ministro Fernández que llegó con la misión de proyectar la coalición?
- Se lo dije a Mario apenas asumió y no porque Jorge no lo hiciera. Además de la seguridad ciudadana y ser el jefe político del gabinete, una de los temas más importantes que tiene el minsitro del Interior, secundando a la Presidenta de la República, es que la coalición funcione porque eso da gobernabilidad y cuando hay gobernabilidad hay mejor gestión.
“Me preocupa la dispersión en la NM”
- ¿Ve algunas similitudes entre este gobierno y la primera administración de la presidenta Bachelet? En la NM hay quienes advierten que la mandataria podría entregarle de nuevo la banda presidencial a la derecha.
- No. El cuadro en el que estamos no es el del año 2010, cuando el gobierno contaba con una alta popularidad, hubo una recuperación grande y lo lógico es que la Presidenta fuera sucedida por Eduardo Frei, pero la verdad es que nos dividimos.
- Pero esa división se venía dando desde antes de 2010, aparecieron los díscolos y hubo una desafección para con el gobierno.
- A pesar de eso, teníamos una encuesta que le daba de apoyo a la Presidenta casi un 80%. En la segunda vuelta no fuimos capaces de sumar los votos, ME-O no se sumó como correspondía o como se había comprometido. Creo que perdimos por un problema de falta de capacidad de alianza política. Hoy es distinto, tenemos un 26% y si me dijeran que mañana hay elección, por supuesto que el riesgo de no ganar es muy alto.
- ¿Usted ve ese riesgo?
- Es muy alto, pero no quiero decir que es así, porque uno también tiene la absoluta convicción de que estos temas se pueden recuperar. En ese sentido Mario Fernández ha planteado una posición bastante optimista y me parece bien, pero si seguimos con esta imagen de falta de gobernanza o falta de cohesión, que unos disparan para un lado y otros para otro, eso repercute en la gente.
- Insisto, eso fue lo que pasó previo al 2010, cuando aparecieron los llamados díscolos y ME-O se salió del PS y se separó del gobierno.
- No sé cuál va a ser el cuadro que vamos a tener en 2017 en relación a qué y cuántas candidaturas, 8 o 10. Por el camino que vamos, me da la impresión que hay una tendencia a la dispersión. En el caso de la oposición tienden a buscar la unidad pero es imposible porque parece que se muerden más de lo necesario. Si va a haber dispersión en la derecha no lo sé, a mí me preocupa la dispersión en la Nueva Mayoría y si queremos tener realmente un buen resultado, tenemos que partir teniendo cohesión. No puede ser que nuevamente la presidenta Bachelet vea que el resultado de su administración sea transferirle el gobierno a la derecha. Pero si no tenemos claridad y seguimos con conflictos, la gente es muy sabia, no solo ve lo que dices, sino lo que transpiras y se da cuenta cuando uno no está bien. Para un buen resultado tenemos que tener un buen gobierno, recuperar la economía, menor conflicto social, dar una sensación de que el país avanza y que no está en una tensión permanente.
Cuando uno tiene el gobierno tiene que demostrar que gobierna y eso lo hacemos todos. Aquí la Presidenta, los partidos y los parlamentarios tenemos la obligación de concertarnos como para que esa imagen y realidad se dé.
- ¿Y cómo ve el rol que está desempeñando la oposición?
- Estamos en un momento que hay poco ánimo de ser constructivos. Muchas veces también ha habido poco esfuerzo nuestro por buscar mayores acuerdos. Pero, la verdad, es que la oposición está en una postura bastante electoralista. Está con una visión de cómo infringirle una derrota a este gobierno en toda y cada una de las acciones a objeto de poder cambiarlo en 2018.
"La gente quiere control de identidad"
Al recordar la polémica por el control de identidad en el marco de la agenda antidelincuencia, el senador Zaldívar advierte "la gente tiene una sensación diferente a la percepción que se hace en política". "Lo que dice la gente es que vengan más carabineros, que controlen la gente que viene a mi barrio, quiero saber quién anda disparando balazos en la noche. Eso no va contra la libertad, ni mucho menos".
A modo de ejemplo, agrega: "Si voy manejando mi auto y me para un policía y me pide mi carnet de chofer, tengo la obligación de pasarlo y no me puedo sentir ofendido. Y si ando con el carnet de chofer vencido, tiene la obligación de impedirme seguir manejando (...) Estoy seguro que si le pregunta a la gente más modesta, diría que 'quiero que haya control de identidad', en forma legítima".
- ¿Está de acuerdo con una ley anti encapuchados?
- Por supuesto, hay que regular todo eso. Y no es que sea anti, todo lo contario: hay que respetar los derechos. También estuve en muchas manifestaciones cuando reclamaba contra la dictadura. Y se puede estar exigiendo algo legítimo, pero cuando se utiliza la violencia cometen un error, porque deslegitiman su movimiento y provocan una reacción muy negativa en la gente.