Walker: “En su primer gobierno, la Presidenta fue de menos a más, acá hemos ido de más a menos”
El ex presidente del Senado tiene la convicción de que el gobierno y la Nueva Mayoría tienen que “hacer un reconocimiento de los errores cometidos”.
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Desde que dejó la presidencia del Senado en manos del su par del PPD Ricardo Lagos Weber, el senador DC Patricio Walker ha cultivado un bajo perfil. Sin embargo, sigue con atención el acontecer político y social. Tiene claro qué se ha hecho mal en esta segunda administración de la presidenta Michelle Bachelet y está convencido de que “con la sensatez uno no saca portadas ni titulares en los diarios, pero sí se puede construir y este país ha costado mucho construirlo”. En esta conversación con DF hace un recorrido meditado por la contingencia, diseña las condiciones para la proyección de la Nueva Mayoría y defiende la obra de la Concertación.
- ¿Cómo ve el escenario político?
- Complicado. Por el descrédito de las instituciones, el bajo apoyo a las coaliciones, al Parlamento, al gobierno y, naturalmente, también por la marcha de la economía. Eso ha provocado una preocupación mayor que comparto. Es un momento difícil con algunos aspectos positivos, como el tema energético en que el ministro Máximo Pacheco demuestra cómo se deben ejercer los liderazgos en Chile, velando por el bien común.
- ¿Diría, como en la derecha, que el ambiente político es similar al que había para el golpe de Estado?
- Hemos pasado dificultades, experimentado incertidumbres que afectan la inversión, fundamentalmente por las reformas, que espero se cierren bien. Tenemos temas pendientes, pero decir que Chile está viviendo un escenario similar al de antes del golpe de Estado del ’73 es una exageración absoluta.
- ¿Ni siquiera por el tono político?
- Hay que recuperar la amistad cívica. Se pueden tener diferencias a veces profundas con otros actores políticos, pero siempre respetuoso de las formas y sin renunciar jamás a la posibilidad de llegar a acuerdo, pensando en el bien común, no digo transaca. Tenemos que valorar lo que hemos hecho como país, desterrar cualquier atisbo de proyectos refundacionales; tenemos que volver a la sensatez. Me preocupa que, a veces, el lenguaje no es el adecuado.
- La Presidenta sigue bajando en las encuestas, ¿a qué cree que se debe?
- Mi sensación es que se está pagando la cuenta de un diagnóstico equivocado de algunos que, cuando crearon el programa de gobierno, generaron la sensación de que lo que ya se había hecho era insuficiente y que los cambios que tenían que hacerse en este gobierno debían ser más estructurales. Unido a que en muchos proyectos hubo improvisación, poca rigurosidad en el trabajo prelegislativo y legislativo. La gobernabilidad consiste, como decía Boeninger, en la capacidad del sistema político y sus instituciones para absorber, canalizar y resolver en términos pacíficos y eficaces las demandas ciudadanas en el ámbito económico y social; cuando no somos capaces de procesar las demandas y hay descalificaciones, diferencias que algunos llevan al ámbito de lo personal, en vez de debatir las ideas, la gente se desencanta.
- ¿El gobierno y la NM deben hacer un mea culpa por las expectativas generadas que no pueden cumplirse?
- ¡Por supuesto! Hay que hacer un reconocimiento de los errores cometidos, porque la buena gobernanza consiste en no crear demasiadas expectativas para irlas bajando, creando frustración mientras se gobierna; es al revés, uno genera las expectativas de acuerdo a las posibilidades económicas que tiene, la capacidad del Estado para hacer reformas. El Estado no tiene capacidad para hacer ocho reformas estructurales a la vez en un gobierno, no tiene, no es sólo un problema de recursos. En su primer gobierno, la Presidenta no creó grandes expectativas en la campaña; la pensión básica solidaria la planteó en la segunda mitad de su gobierno, o sea, fue de menos a más, acá hemos ido de más a menos, porque se crearon muchas expectativas, dando la sensación de que en el pasado no se avanzó más en derechos sociales por falta de voluntad. Por eso este no va a quedar en la historia como un gobierno eficaz en términos de crecimiento, pero tampoco es un desastre.
- ¿La reactivación de los movimientos sociales se debe a que no quieren reformas?
- La gente sensata es crítica de las reformas, porque hay una crítica a los políticos en general; por la improvisación que ha habido, por el trabajo mal hecho en algunas de esas reformas. Y porque las expectativas que se generaron fueron mayores a las que se están cumpliendo.
- ¿Cuánto complica al gobierno que figuras como la diputada Camila Vallejo respalden las movilizaciones?
- Los parlamentarios tenemos que velar por el bien común y tener sensibilidad para mejorar la situación de los ciudadanos, pero tenemos un rol distinto a los dirigentes sindicales o estudiantiles. Uno no puede estar con una pata en el gobierno y una pata en las movilizaciones sociales siendo parlamentario y los parlamentarios no podemos estar llamando a movilizarse como ella lo ha hecho.
- En este escenario que ha descrito, más parlamentarios descolgándose, la baja aprobación y manifestaciones, ¿cree viable la proyección de la NM?
- Tenemos que evaluar lo que ha sido este gobierno. Yo me siento mucho más cómodo con el esquema de la Concertación, fue mucho mejor para Chile; no obstante que en la NM hay cosas que rescatar como el avance energético, la gratuidad en la educación superior, acotada, razonable; la carrera docente, el plan de zonas extremas para la Patagonia, se están haciendo cambios históricos en conectividad. Hay que evaluar si llevamos candidato en primera vuelta o vamos con uno solo; si Lagos va a estar disponible o no; si somos capaces de ponernos de acuerdo en un programa que nos interprete a todos, no como cuando se hizo el de este gobierno, que no nos preguntaron nunca nada y eso no puede volver a ocurrir. La Concertación fueron los mejores años de la historia de Chile y espero que un próximo gobierno sea más en la lógica de la gradualidad, de la gobernabilidad, de la cohesión social, pero en una coalición de centroizquierda y no de izquierda.
¿Querella con efectos contraproducentes? "El tiempo dirá"
- ¿Cómo evalúa el episodio de la querella?
- Entiendo perfectamente la indignación humana de la Presidenta de que efectivamente existan algunos personajes, bastante cuestionados en su trayectoria, que probablemente con la lógica de hacer un montaje o inventar una historia que no tiene ninguna credibilidad o verosimilitud utilizan su nombre de manera tan artera. Cualquier persona en Chile tiene derecho a presentar acciones ante la Justicia, yo no conozco la demanda que presentó el abogado Juan Pablo Hermosilla, pero el tiempo dirá si el camino utilizado fue el correcto o equivocado y produjo efectos contraproducentes.
- Es la primera vez post dictadura que un Presidente de la República presenta una acción judicial contra un medio, ¿hay un efecto político en esta decisión?
- Por eso digo que el tiempo se va a encargar de indicar si la acción encargada por la Presidenta, a través del abogado Juan Pablo Hermosilla, fue la correcta o finalmente produjo efectos contraproducentes.
- A su juicio, ¿habrá efectos o no?
- Cualquier ciudadano, aunque sea presidente de la República, tiene todo el derecho a presentar acciones judiciales cuando se daña la honra. Y el medio que publicó este diálogo del señor Díaz cometió un error, pero también ese medio lo reconoció y bajó del sitio web la información. Yo valoro que haya reconocido el error. Por eso digo que me gustaría conocer el detalle de la demanda para entender un poco más si la línea que se utilizó es o no la correcta.