Querella presidencial divide al oficialismo y abre debate sobre libertad de expresión
El DC Fuad Chahín dijo derechamente que “yo no me hubiera querellado”. Osvalde Andrade, en cambio, defendió la decisión de la mandataria.
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Por C. Rivas y F. Duarte
En una nueva fisura al interior del pacto oficialista derivó la decisión de la presidenta Michelle Bachelet de presentar una querella por “calumnias” e “injurias” en contra de la revista Qué Pasa y, más en particular, el carácter de ciudadana que quiso imprimirle especialmente La Moneda. Ayer la mandataria incluso hizo un alto en su participación en la reunión anual de la OCDE, en París, para abordar la acción judicial ante los periodistas.
Aunque mayoritariamente la Nueva Mayoría ha cerrado filas detrás de la jefa de Estado, en privado no son pocos los que admiten que, estando en su derecho de querellarse por haber visto afectada su honra con la publicación de la revista, es posible que esta iniciativa conlleve efectos políticos para un gobierno que, ha quedado demostrado con las últimas encuestas, pasa por su peor momento y provoca divisiones innecesarias a una coalición que no se ha destacado por la unidad.
Entre los que respaldan la acción de la mandataria, que se basaría en que la publicación en papel del pasado viernes edita la transcripción de las escuchas telefónicas de Juan Díaz, omitiendo la referencia al ex ministro Pablo Longueira, manteniendo sólo las que involucran a la Presidenta, está el presidente de la Cámara, diputado Osvaldo Andrade.
A su juicio, la honra de Bachelet ha sido afectada “producto de una operación política evidente y lo que ha hecho es lo que corresponde, recurrir a la instancia institucional a la que recurre cualquier ciudadano” en una situación similar. Y advirtió sobre la necesidad de “cautelar y proteger la institución presidencial”.
Uno de los factores que preocupa a quienes habrían preferido omitir la querella es que con ella se vuelve a llevar a La Moneda el denominado caso Caval, que ha influido en la pérdida de credibilidad de la mandataria y la consiguiente caída de su popularidad. Sin embargo, Andrade sostiene que “no sé cuál es el costo político” y que es necesario esperar para constatar si existe alguno asociado a la presentación de la querella.
El presidente del Senado, Ricardo Lagos Weber, defendió la decisión de la Presidenta con similar argumento al de su par de la Cámara, señalando que, más allá de que el medio haya ofrecido disculpas, “todo ciudadano tiene derecho a disponer de una querella si lo estima pertinente” y que ello “no tiene que entenderse, porque no es así, que se atente contra la libertad de expresión”.
Lo propio hizo el vicepresidente de la DC, diputado Matías Walker, quien también apeló al principio de igualdad ante la ley. “Esta no es una decisión política, sino personal”, dijo, y fue categórico en que “no se está afectando la libertad de expresión”, pero que es bueno que se abra ese debate.
Mientras que el jefe de su bancada, Fuad Chahín, se puso en la posición contraria, asegurando que “no me hubiese querellado, porque ahí efectivamente lo que existió fue replicar una escucha telefónica” y advirtió que fue “un error” que la querella haya sido anunciada por el vocero de La Moneda, Marcelo Díaz. Con esta visión coincidió el diputado PPD Jorge Tarud, quien sostuvo que la Presidenta debería “reconsiderar” la acción judicial.
Aunque el jefe de la bancada socialista, Juan Luis Castro, comparte que la mandataria fue agraviada, aclara que “desde el punto de vista del instrumento que se usó y a quiénes va dirigido, esto amerita una reflexión más profunda”.
"Estoy haciendo uso del derecho que tengo a defenderme de injurias"
Apenas el vocero de gobierno, Marcelo Díaz, anunció en Santiago que la presidenta Bachelet se había querellado por injurias y calumnias contra la revista Qué Pasa, sus asesores en París confirmaron que se referiría al tema.
Y lo hizo ayer tras participar en la Sesión de Apertura de la Reunión del Consejo Ministerial de la OCDE, donde señaló que la productividad para el crecimiento inclusivo es un imperativo.
Vestida de negro y en uno de los pasillos de la sede del organismo, Bachelet leyó una breve declaración. "Yo he sido una mujer que he luchado toda mi vida por la democracia, he puesto a mi patria por delante de mis seguridades, de mis intereses personales, incluso experimenté persecución por mis convicciones", comenzó la presidenta.
Y agregó: "He luchado por una prensa libre, porque creo en la transparencia y en el derecho de buscar la verdad sin limitaciones".
No obstante, su tono cambió cuando afirmó que "con la presentación de la querella estoy haciendo uso del derecho que tengo a defenderme de mentiras e injurias que afectan lo más preciado que tiene una persona: su honra".
Con la voz entrecortada a ratos, la mandataria añadió que al presentar la acción legal, hizo uso de su derecho a defensa. "He presentado una querella como ciudadana, como Michelle Bachelet Jeria, porque no puedo aceptar que se inventen públicamente falsedades evidentes contra mi persona", subrayó.
Bachelet reconoció que creía en la libertad de expresión como un valor central de la democracia. "Pero, a la vez, creo en la ética y en la responsabilidad que deben tener los medios a la hora de informar, validando las fuentes para no enlodar la honra de nadie", explicó.
Además, dijo la gobernante, "una democracia fuerte y madura necesita de un periodismo serio y riguroso", antes de insistir en que "siempre apoyaré la libertad de expresión, pero siempre apoyaré que éste sea hecho de manera seria, rigurosa y verificando la información que efectivamente se coloca".
Bachelet reiteró que como persona su honra había sido afectada "y por eso hemos presentado la querella por injurias y calumnias".
Pese a la insistencia de la prensa, la presidenta se retiró del lugar sin responder preguntas y tras haber hablado por 1 minuto y 52 segundos.