Por C. Rivas y V. H. Moreno
El zigzagueante comportamiento comunicacional del ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, no ha dejado indiferente al mundo político que observa con preocupación que sus dichos, una y otra vez, enredan el avance de la reforma educacional que ya es complicado por sus contenidos. El último impasse del otrora popular secretario de Estado, a raíz de la entrevista de Carlos Peña, provocó que algunos pidieran su cabeza y otros salieran a respaldarlo; pero desde el oficialismo a la oposición, con matices, coinciden en que este episodio refleja la necesidad de hacerle cambios de fondo y forma a uno de los proyectos emblemáticos del segundo gobierno de Michelle Bachelet.
Tras los polémicos dichos del ministro, en que le ponía límite a la gratuidad de la educación superior, la propia Presidenta debió salir a aclarar que su compromiso de campaña sigue en pie, asegurando que “habrá educación gratuita para todos”, mientras que en paralelo tanto el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, como el vocero, Álvaro Elizalde, repaldaran su gestión, destacando el trabajo que está desarrollando.
Diferencias en Nueva Mayoría
En medio de la confusión en torno al futuro de la reforma que generaron tanto sus declaraciones, como sus posteriores precisiones, desde la Nueva Mayoría han defendido públicamente la labor del ministro e incluso valorado que haya reconocido su error. Ese es el caso del jefe de la bancada DC, senador Jorge Pizarro, quien no sólo destacó las capacidades intelectuales y profesionales del secretario de Estado, sino que también destacó “la hidalguía y la hombría, que a muchos les falta, de reconocer cuando hay una equivocación”. Pero no es la mirada que comparten en todo el pacto, donde hay quienes en privado señalan que debiera dar un paso al costado, pues estiman que sus múltiples errores no contribuyen al avance de la reforma. Incluso desde la oposición comentan que ha habido representantes de la NM que les han pedido que endurezcan sus críticas para forzar la caída de Eyzaguirre, algo que nadie reconoce abiertamente. Quien sí admite diferencias, es el presidente de la Comisión de Educación de la Cámara, el DC Mario Venegas, quien advierte que “dentro de la NM hay sectores que están renuentes a cómo se está llevando a cabo la reforma”.
Críticas opositoras
En el complejo escenario político provocado por el secretario de Estado, sólo los representantes de Amplitud pidieron su salida. La senadora Lily Pérez instó al gobierno a que “si quiere sacar adelante una reforma educacional, tiene que retirar esta reforma y mandar una nueva y obviamente un cambio de quien lidere esa nueva reforma, porque estamos frente a un ministro de Educación que no está haciendo bien su trabajo”
Si bien sus colegas de la UDI y RN, Hernán Larraín y Andrés Allamand, comparten la necesidad de lo que llamaron “reformar la reforma de la educación”, discreparon en que para ello sea necesario sacar a Eyzaguirre. Mientras el primero, sostuvo que la solución a los problemas de la reforma no pasa “por cambiar a la cabeza del ministerio”, el segundo fue más drástico aún, asegurando que “sabemos que hay sectores de la extrema izquierda y la extrema derecha que piden la salida del ministro, pero no creemos que esa sea la solución”. De hecho, en la Alianza se comenta que sería inútil pedir la renuncia del titular de Educación, porque tienen la convicción de que la Presidenta lo va a seguir respaldando, dada la envergadura de la reforma que encabeza, es decir, puro pragmatismo político.
En todo caso, los senadores Larraín y Allamand, presentaron una propuesta de nueve puntos para “replantear globalmente la reforma”, que apunta a distintos aspectos de ésta.
Consejos para el ministro
Desde la NM y en el marco del apoyo al ministro, Pizarro planteó, eso sí, como “imprescindible un ordenamiento en las prioridades en los temas de la reforma educacional, porque es la propuesta de cambio más importante del gobierno”, para lo cual insistió en la necesidad de concretar un cónclave de dirigentes oficialistas y otros actores relevantes en la materia. Bastante más duro fue el timonel de la DC, senador Ignacio Walker, quien señaló que “apoyamos la gestión del ministro Eyzaguirre, pero para que eso sea efectivo, él tiene que saber dejarse ayudar (…) hay que contribuir a ordenar y no a desordenar”. En todo caso, más allá de las críticas privadas que surgen en la NM un alto representante asegura que la Presidenta no va a sacar a uno de sus ministros más importantes, porque “es difícil de reemplazar –es una cartera que nadie quiere- y porque sería reconocer una derrota política completa del gobierno y eso no va a pasar, por ahora”.
Finalmente el único que no hace ningún tipo de crítica ni al ministro, ni a la reforma, es el socialsita Fulvio Rossi, quien preside la Comisión de Educación del Senado, para quien “hay sectores interesados en que esta reforma fracase, se está consolidando un sector antireforma que vería con buenos ojos que el ministro diera un paso al costado”, aludiendo a la NM y en particular a sectores de la DC, como su presidente. En todo caso, hoy los diputados PPD almorzarán con Eyzaguirre donde se le leería la cartilla, instándolo a terminar con este tipo de errores.
MECANISMOS PARA GRATUIDAD UNIVERSAL
La declaración del ministro Eyzaguirre de una gratuidad en educación superior sólo para los primeros cuatro años de carrera adelantó un tema no zanjado y en el que el Mineduc aún intenta acotar el significado de la promesa de gobierno de "gratuidad universal". En esa línea, Francisco Martínez, jefe de Educación Superior del Mineduc, explicó que "un derecho universal no puede ser infinito". Precisó que los dichos de Eyzaguirre responden a que "definir un número de años como mecanismo, permite que sea bien igualitario: para todos con un mismo número de años. Si fuera cuatro, todo el mundo tendría cuatro". "Otro mecanismo posible es por carreras, que como son de distinta longitud, no todos tendrían el mismo beneficio. En este caso se gana porque se cubre toda la carrera, pero se pierde por el lado de que no es igualitario", señaló.