El cambio de gabinete nos revela que, a fin de cuentas, en la Presidenta de la República ha prevalecido un sentido de realidad por sobre su voluntad y decidió reconocer que su diseño inicial ha fracasado.
El proyecto que encabezaban Peñailillo y Arenas, y que incluía profundas reformas políticas, económicas y sociales destinadas a transformar a Chile en un período de cuatro años, se pone en pausa, para evaluar con más serenidad si el alto rechazo que éste ha generado en la mayoría de la población aconseja moderar los cambios para adaptarlos al deseo de los chilenos de obtener más frutos del progreso, sin echar por la borda la mejoría en la calidad de vida que todos hemos experimentado con la senda transitada en los últimos treinta años.
Con todo, hay incógnitas que se despejarán solamente cuando el gabinete entre en rodaje. No hay dudas acerca de la mayor moderación y experiencia política de Jorge Burgos en relación a su antecesor en el cargo. La pregunta es otra: ¿Será Jorge Burgos el jefe del gabinete? ¿Actuará como tal, o tendrá que resignar sus posturas frente al deseo refundacional de la Presidenta Bachelet?
Hay un ámbito muy preciso donde se contestará esa pregunta: el constitucional. Si Jorge Burgos mantiene la posición que él y su partido han sostenido hasta hoy, debiera sepultarse la idea de una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución, por ser ese un camino extra institucional, inaceptable en un Estado de Derecho.
En la labor del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, hay interrogantes parecidas. Damos por descontado que pondrá el énfasis en los equilibrios macroeconómicos y el crecimiento que su antecesor abandonó. Pero la pregunta es otra: ¿Jugará Rodrigo Valdés el rol que tradicionalmente ha jugado el Ministro de Hacienda en Chile? Eso significa tener opinión acerca de las reformas que son claves para el desenvolvimiento de la economía, como la reforma laboral. Mientras antes se despeje la insensata pretensión de la CUT de ir a una negociación ramal, mejor. Mientras más se moderen las disposiciones que contiene la reforma que rigidizan y hacen más inflexibles nuestros mercados laborales, mejor.
La reforma tributaria ya realizada debiera sufrir cambios que hagan posible su funcionamiento, según lo aconsejan todos los expertos.Por último, en lo negativo, constatar que el Partido Comunista aumenta su poder y que llega al Ministerio de Desarrollo Social, que corre el riesgo de transformarse de un ente técnico en una caja para comprar votos.