Fue el primer rector de la Universidad de Chile tras el gobierno militar. Jaime Lavados, licenciado en filosofía, médico cirujano y neurólogo especialista, a un año de haberse jubilado se ha abocado a su labor como docente titular de la Universidad de Chile. Con tiempo para analizar la situación de la educación superior, hoy se muestra crítico al sistema que opera en el sector y cuestiona la falta de definición del Estado en financiamiento de universidades públicas.
- ¿Cuál es el lugar que tiene el mercado en la educación superior chilena?
- Es muy difícil cambiar la predominancia que hoy tiene el mercado en la educación superior chilena. Primero, Chile es uno de los estados que menos hace inversión en la educación superior, alrededor del 70% de todo el gasto en ella es de origen privado. Es muy difícil que en un sistema económico como el chileno vaya a haber una transferencia de recursos, por razones de decisión política. Eso no significa que el Estado no pudiera tener un mejor sistema de regulaciones, porque el hecho que haya mercado no significa el mercado no sea regulado.
- ¿Cuál debiera ser el nuevo trato del Estado y las herramientas que tiene que poner para mejorar la educación superior en Chile en los próximos años?
- Hay varios tipos de herramientas, por ejemplo -y en lo que Chile ha avanzado bastante, pero no lo suficiente- el aseguramiento de la calidad, que hasta ahora es puramente voluntaria. Se generó una organización de aseguramiento de la calidad, pero ésta puede responder a presentaciones que hacen las propias universidades, instituciones o carreras; aquellas que no quieran presentarse, no se presentan. La acreditación se ha visto como voluntaria por el punto de vista legal, pero también ha sido vista como una medición de lo que pasó y no se ha visto el futuro.
- Y si es prioridad el tema de la reforma educacional, ¿No es un poco contradictorio que no existan algunos nombramientos en este minuto?
- Lo encuentro completamente contradictorio, porque hay una figura legal en la cual los presidentes de la Comisión Nacional de Acreditación y de la Comisión Nacional de Educación -superior y básica/media- deben reunirse al menos una vez al mes con el encargado de la Dirección de Educación Superior del Ministerio, pero dado que los otros no están, la última tiene "chipe libre" para hacer lo que le parezca.
- ¿Qué opina sobre los incentivos que le dará el gobierno a los estudiantes que quieran estudiar pedagogías?
- Me parece bien, porque la pedagogía es central para hacer una buena formación de educación. Si usted analiza los ingresos de estudiantes a la carrera, los puntajes son bajos, pero si los vemos dentro de pedagogía, los más bajos son los que entran a la educación básica, lo cual es un desastre, porque en realidad cuando se juega la suerte futura de un niño es en el pre-escolar y la básica.
- ¿Qué le parece el tema de los liceos de excelencia?
- Me parece bien, pero sólo si los liceos de excelencia van acompañados de algún sistema de horizontalizar las buenas prácticas y que encabecen un mejoramiento de la educación. Mi problema es que nunca he leído algo sobre cómo lo harían.
- ¿Ha seguido usted el debate del consejo de rectores sobre el financiamiento a universidades privadas en los últimos días?
- Yo creo que es más de lo mismo. No he visto propuestas interesantes. Por ejemplo, si usted habla de universidades con aportes del Estado, a mí me parece de primera importancia en un sistema de mercado, que no se mantengan las restricciones que tienen las universidades para competir, porque el hecho de que tengan una contraloría y un estatuto administrativo, tranca la capacidad de inversión. Es un defecto que tiene el Estado por no decidir lo que hace con sus propias universidades, porque tiene dos alternativas: o las libera de todas las trabas y las deja dentro del mercado o les da más plata para que puedan suplir todos estos asuntos. Todo esto debería salir en la segunda etapa de la reforma educacional. El Estado debería tomar una decisión.