En medio del tenso debate por la reforma educacional, la UDI presentó una propuesta alternativa a la iniciativa del gobierno que termina con el copago que hacen los padres que tienen a sus hijos en colegios particulares subvencionados. En vez de ello, los parlamentarios gremialistas proponen aumentar la Subvención Escolar Preferencial (SEP) de los actuales $34 mil a $60 mil mensuales por niño vulnerable.
Sumado a ello, plantean una subvención a la clase media de $30 mil, para que este sector pueda acceder a colegios del tramo de copago más alto. Jaime Bellolio, diputado miembro de la Comisión de Educación, explica las razones de la propuesta y afirma que “el gobierno no puede terminar con el copago sólo para darse el gustito ideológico de dar educación gratis”.
-El programa de la ex candidata Evelyn Matthei (UDI) también planteaba terminar con el copago...
-No terminarlo como tal. Lo que decía es que se redujera el monto que las familias desembolsan mensualmente, que es lo mismo que planteamos ahora. O sea, que con un bono de $30 mil, si hoy pagan $40 mil, sólo les quede $10 mil por aportar.
-Pero si progresivamente se va aumentando ese bono y sustituyendo el aporte de los padres, se terminaría poniendo fin al copago...
-Yo feliz de poner fin al copago si el Estado pudiese invertir, por alumno, lo que cuesta un colegio particular pagado. Pero mientras eso no pase, no se le puede prohibir a los padres aportar. La única forma de terminar con el copago, es fijar un monto tope y hoy no sabemos cuál es ese monto. El tope de $84 mil que fija el gobierno, es equivocado porque lo que tenemos que gastar para que tengamos una educación de calidad, según diversos estudios, es mínimo $170 mil.
-Entonces ¿su propuesta apunta a subir el gasto en educación por niño y ver cómo se podría llegar a él contemplando la subvención estatal y el copago de las familias?
-Claro. Teóricamente uno podría decir que una vez que lleguemos a, por ejemplo, $200 mil por alumno, ya no se hace necesario el copago de las familias, pero esa es otra discusión. Con la realidad de hoy, los padres aún tienen la oportunidad de ayudar a alcanzar esos $200 mil.
-Con lo que plantean, los estudiantes vulnerables tendrían la plata para ir a colegios que cobran copago ¿su propuesta termina con las escuelas públicas?
-Por eso nuestro primer punto es que la libertad de enseñanza se basa en que hayan escuelas públicas de muy alta calidad, razón por la que queremos mejorar su calidad. Si éstas fueran extraordinarias, ¿estarían los papás dispuestos a pagar $15 mil extras por un colegio subvencionado? No. En otros países donde hay más matrícula municipal, es porque son buenas y los papás las eligen. Acá, en cambio, lo que quiere el gobierno es dejar rehenes a los padres de una mala educación.
-La reforma, y sobre todo el fin del copago, apuesta por disminuir la segregación ¿la UDI no persigue lo mismo?
-Con la reforma del gobierno se amplifica la segregación del 7% de niños de colegios en particulares pagados. Porque al pedir que todos los colegios sean sin fines de lucro, habrá algunos que tendrán que cerrar o transformarse en particulares pagados. Entonces los colegios particulares pagados van a aumentar, y más aún la brecha -en términos de calidad- entre esta minoría de colegios y el resto. La razón por la que el copago existe, es por que la subvención era insuficiente. Cuando Jorge Arrate era ministro de Educación, dijo que se creó el copago para deselitizar la escuela particular pagada, y 20 años después le damos un portazo en la cara a las familias de clase media, sin tener la posibilidad de aportar y elegir la educación de sus hijos.
-¿Por qué dicen que el proyecto del gobierno limitaría la libertad de enseñanza?
-El gobierno dice que los papás van a poder elegir, pero entre las escuelas públicas. Eso es como ir a la feria y que el feriante te diga “hay toda la fruta que quiera, pero hoy sólo tengo naranjas”. Así no funciona. El gobierno no cree en la diversidad de proyectos educativos. Pareciera que el único objetivo del gobierno es que en 10 ó 12 años más, un 70% de la matrícula esté en la educación pública, que no sabemos ni quién la administraría ni porqué eso significaría calidad.
-La presidenta Bachelet afirmó que se mantendrá un sistema de provisión mixta, ¿Por qué la UDI dice que el proyecto terminaría con los colegios particulares subvencionados?
-Es un proyecto anti escuelas particular subvencionadas. El proyecto dice textual, a pesar de que la Presidenta haya sido mal informada al respecto, que una de las opciones para poner fin al lucro es que el Estado compre la infraestructura y después de que pague la cuota número 12, el colegio pasa a manos del Estado y administrado por él. ¿Y cuál es el proyecto educativo del Estado? El mismo que tienen los municipios hoy día.
"No estamos por llegar a algo menos malo"
-En la Cámara, ¿están los votos de la Nueva Mayoría para aprobar este proyecto?
-Depende, porque hay algunas propuestas que requieren quórum calificado porque son de cambios a la LGE, pero otras, como las relativas a subvenciones, no requieren quórum y ahí tendrían los votos.
-En los puntos que la NM tiene los votos para aprobar sí o sí su iniciativa, ¿les interesaría llegar a acuerdo?
-Nosotros no estamos en un acuerdo para llegar a algo menos malo en educación. Estamos porque se le cambie el alma a esta reforma, ésta no tiene que ver con calidad sino más bien con un gustito ideológico y no es tiempo de darse gustitos ideológicos.
-Pero si el gobierno se niega a cambiar el "alma", ¿no se inclinarían por una reforma "menos mala"?
-Después vendrá el Senado y otras instancias donde podremos cambiar el proyecto, pero creemos que el gobierno tiene que escuchar lo que las familias chilenas quieren y no solamente a los cinco votos que tenemos en la comisión y los 48 que podamos tener en la Cámara.