La deuda externa de Chile -correspondiente a la suma de las deudas que tiene el país con entidades extranjeras, tanto a nivel corporativo como gubernamental- sigue creciendo.
En 2024, marcó una cifra récord de US$ 246.899 millones, según las estadísticas más recientes del Banco Central.
En diciembre de 2023, el monto se ubicaba en US$ 240.968 millones, por lo que el nivel de acreencias anotó un incremento anual 2,4%.
Según la propia definición del instituto emisor, la deuda externa corresponde al stock pendiente de pago, en un determinado momento del tiempo, de los pasivos efectivos asumidos por agentes residentes de una economía frente al resto del mundo (no residentes), con el compromiso de realizar en el futuro pagos del capital, intereses o ambos.
A su vez, según narra el ente autónomo, se excluyen, por lo tanto, las acciones y otras participaciones de capital, los derivados financieros y los pasivos contingentes (líneas de crédito, por ejemplo), los que no tienen obligación de pagos de capital ni intereses.
Durante 2024 la deuda externa se elevó a un 76,4% del Producto Interno Bruto (PIB), desde el 71,7% de 2023.
El economista senior de Bci Estudios, Juan Ángel San Martín, explicó que esto se debe, en gran parte, a un incremento de US$ 5.900 millones de la deuda externa de las empresas no financieras. Por su parte, la contribución del Gobierno en la deuda externa del año pasado fue casi nula, y la inversión extranjera directa tampoco mostró un cambio significativo.
De hecho, del récord anotado el año pasado, unos US$ 100 mil millones corresponden a empresas distintas a las del rubro financiero.
En detalle, al cierre del año pasado, la deuda externa del Gobierno General llegaba a US$ 46.824 millones, de la cual la totalidad corresponde a compromisos con vencimiento de largo plazo. Del stock, US$ 43.676 millones son títulos de deuda y US$ 3.147 millones son préstamos.
A su vez, los bancos representaron US$ 31.073 millones del total de la deuda externa en 2024, de los cuales US$ 8.035 millones conciernen a deuda de corto plazo y US$ 23.038 millones a largo plazo. Mientras que en las empresas no financieras, US$ 11.198 millones corresponden a deuda de corto plazo, mientras que US$ 106.904 millones son de largo plazo. De ese último monto, US$ 52.294 millones corresponden a títulos de deuda y US$ 43.413 millones a préstamos.
En el caso de la inversión extranjera directa, del monto de US$ 55.128 millones a diciembre de 2024, US$ 3.151 millones corresponden a otras sociedades financieras, mientras que US$ 51.977 millones son de empresas no financieras. En ambos casos, la mayoría es deuda de largo plazo.
“Me parece que la inversión extranjera directa es una buena fuente de endeudamiento, sin embargo, se ha visto más bien una especie de estancamiento de esta en términos de su peso en el agregado de la deuda externa”, planteó el decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma, Rodrigo Montero.
Efectos
Con todo, San Martín advirtió que el incremento de la deuda externa “eleva el servicio de la deuda, presiona al alza las tasas de interés, desmotiva la inversión privada y contribuye a tener un peso chileno depreciado”.
Por su parte, el economista senior del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), Juan Ortiz, señaló que frente al hecho de que el nivel de deuda externa en dólares aumente, “las consecuencias de este hecho implican siempre un grado de exposición al efecto cambiario, en medio de un tipo de cambio que se mantiene sobre su promedio histórico, específicamente para las empresas no financieras y el gobierno general”.
Y Montero señaló que efectivamente Chile está “con una deuda externa alta, dado los patrones históricos de nuestro país. Por un lado, tenemos un mayor endeudamiento del Gobierno, lo cual ha sido tema de intensa discusión durante el último tiempo. Por otro lado, las empresas no financieras también han ido ganando más peso en este sentido”.