Cuando se comenzó a estudiar la demanda interpuesta por Bolivia por una salida soberana al mar, en abril de 2013, la primera tesis jurídica que surgió -y que finalmente desembocó en la presentación de objeciones preliminares de incompetencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ)- fue que de forma encubierta Bolivia pretendía alterar el Tratado de Paz y Amistad de 1904. Con ello, a juicio de la defensa nacional, la CIJ carecía de competencia pues se trataba de un acuerdo suscrito con anterioridad al Pacto de Bogotá de 1948.
Esa línea central marcó, en su gran mayoría, el primer alegato que realizó el equipo de abogados internacionales que representó a nuestro país el pasado lunes. Mientras que ayer, la argumentación efectuada por los abogados Daniel Bethlehem, Samuel Wordswort, Pierre Marie Dupuy y Harold Koh apuntó un poco más allá, llegando incluso al fondo de la demanda -cuestión que no se discute en estos 4 alegatos que culminan hoy con la presentación boliviana- pues se expuso que si bien existieron notas, documentos y protocolos post 1948, éstos nunca se concretaron en un Pactum de Contrahendo (acuerdo para tener acuerdo). Este concepto cruzó gran parte de los fundamentos escuchados ayer en el Palacio de La Paz, y que vinieron a dar respuesta a la serie de fechas enumeradas por Bolivia, en su apuesta por convencer a los jueces de que Chile de forma continua a lo largo de la historia ha establecido acuerdos unilaterales, con la intención de ofrecerle al país altiplánico una salida soberana al mar.
De ese modo los abogados nacionales reconocieron la existencia de dichas tratativas, centrándose básicamente en tres: 1920, 1950 y 1975. Sin embargo, entrando en este plano al fondo del asunto, negaron que dichas declaraciones sean sujetos de derechos por ser simplemente intenciones o negociaciones. El abogado Wordswort ejemplificó que en el curso de las negociaciones Chile declaró en una nota del 19 de diciembre de 1975 -citada en la memoria paceña- una salida soberana, pero remarcó que en el punto C de dicha declaración se establecía la palabra "se consideraría", cita que no mencionó Bolivia en sus alegatos del lunes. Luego de ello, el abogado afirmó que se demuestra con ello que "no hay sugerencia alguna plausible que indique un Pactum de Contrahendo".
Tras ello se volvió a insistir que si bien la corte podría determinar que sí hubo la llamada intención de un acuerdo, esto no significaría que el Pacto de 1904 no siga vigente. La defensa chilena apeló entonces a los argumentos bolivianos para destacar que todos ellos apuntan de igual modo a la modificación del tratado vigente.
Para el académico de la Universidad de Chile, Hugo Llanos, la defensa chilena fue en estos días sólida desde todo punto de vista, pero advierte, eso sí, que hay ciertos puntos de la argumentación boliviana que deben tenerse en cuenta. Por ejemplo, afirma, que "al no mencionar de forma reiterada que la obligación de negociar es por demanda soberana, está alentando a la corte a revisar solamente lo que son acuerdos unilaterales que sí tienen validez jurídica como se demostró, por ejemplo, en el fallo de la corte en el caso Australia contra Francia por los ensayos nucleares, en donde se demostró la validez de una declaración unilateral, en este caso del país galo". Eso lo hace Bolivia, explica, pues la corte no puede obligar a Chile a ceder territorio, por ejemplo, pero sí podría hacerlo para que ambos países se sienten a negociar. Sin embargo, cree que si se llega al fondo hay suficientes argumentos para ganar el fallo final.
Felipe Bulnes cerró los alegatos confirmando que el Tratado de 1904 es a perpetuidad y resaltando las facilidades que ha tenido Bolivia para acceder el Pacífico tal como quedó estipulado en dicho escrito.
El limbo del canciller
Por algunas horas la situación del canciller, Heraldo Muñoz, se complicó tras el anuncio de la Presidenta de que les había pedido la renuncia a todos los ministros. Y aunque en privado la Presidenta ratificó al canciller en su cargo, lo que confirmó el vocero Álvaro Elizalde a primera hora de la mañana, el episodio causó la molestia de algunos parlamentarios que veían que se podía estar perjudicando a Chile en una instancia tan fundamental como la que se está discutiendo en La Haya.
Muñoz agradeció la confianza de la mandataria y respecto a los alegatos expresó que las exposiciones chilenas demostraron "las contradicciones y falta de coherencia" de la demanda boliviana".
Bolivia Responde la pregunta
"Siempre las últimas impresiones en el mundo de los abogados pueden marcar las decisiones de los jueces ya sea para bien o para mal", coinciden varios profesionales consultados por DF que ven que Bolivia corre con cierta ventaja al cerrar los alegatos. Los abogados que representan a Bolivia deberán este viernes contestar la pregunta hecha el miércoles por el juez británico Christopher Greenwood, respecto a que deben indicar una fecha en la que Chile habría llegado a un acuerdo para negociar. Varios expertos coindicen que probablemente la respuesta apunte al acuerdo de Charaña de 1975, pues ahí se mencionan salidas concretas con franjas y territorios compensatorios para Chile.
En tanto, el abogado español miembro del equipo boliviano, Antonio Remiro Brotons insistió en que la obligación de negociar está plasmada en múltiples acuerdos y que "no hay ningún tratado que sea para la eternidad, solamente las leyes de Dios son para la eternidad", dijo.