La tragedia del concierto de Taylor Swift destaca los peligros del cambio climático

La muerte de un fan de Taylor Swift en medio de una ola de calor en Brasil es otra señal de que no estamos haciendo lo suficiente para adaptarnos a un clima que cambia rápidamente.

Los modelos científicos han predicho con precisión durante años que el calentamiento global conduce a olas de calor más extremas y frecuentes, dice Paulo Artaxo, físico atmosférico brasileño y miembro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas.

"No hay motivo para sorprenderse cuando ocurre uno de estos eventos", dijo. "Sin embargo, todos los países, no sólo Brasil, están muy retrasados ​​en la implementación de una estrategia de adaptación para minimizar el impacto en las poblaciones".

Ana Clara Benevides, de 23 años, se desplomó dentro del estadio Nilton Santos de Río de Janeiro el 17 de noviembre y murió más tarde en el hospital. Se espera un informe sobre la causa de su muerte en unos 30 días. Los termómetros en la ciudad alcanzaron un máximo de 43,8 °C (110,8 °F) el 18 de noviembre, la temperatura más alta registrada desde al menos 2014, cuando el sistema de alerta del gobierno comenzó a monitorear.

El calor se vio agravado por la alta humedad, que hizo que la temperatura se acercara a los 60°C. Y no hubo alivio por la noche, con temperaturas mínimas que casi alcanzaron los 39°C, según el Instituto Nacional de Meteorología de Brasil. Las temperaturas diurnas han bajado a menos de 40°C en los últimos días. 

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América del Sur ha experimentado una primavera inusualmente cálida y seca este año, en parte debido al fenómeno climático de El Niño.

Según un estudio realizado por World Weather Attribution, una ola de calor de 10 días que azotó el centro de Brasil a finales de agosto y principios de septiembre fue 100 veces más probable debido al cambio climático.

La red de científicos utiliza un método revisado por pares para determinar la influencia del calentamiento global en los fenómenos meteorológicos extremos.

Los autores de ese artículo no pudieron identificar ningún plan de acción contra el calor en Brasil. Crear conciencia sobre los peligros del calor, alentar a las personas a permanecer en casa e hidratarse, implementar sistemas de alerta temprana y reforzar los servicios de emergencia pueden reducir los golpes de calor y la muerte, escribieron.

“Es muy difícil preparar a la población contra las olas de calor, especialmente en climas húmedos como la mayor parte de Brasil”, dijo Artaxo. "La alta humedad con altas temperaturas son la combinación perfecta para impactos más fuertes en la salud".

Los relatos de varios fanáticos sugieren que los organizadores no respondieron adecuadamente a las advertencias de calor extremo de las agencias meteorológicas brasileñas. “No repartían agua a pesar del calor, los precios eran abusivos y casi no había vendedores en el estadio”, dijo Julia Matos, una fanática de 23 años que asistió al concierto el 17 de noviembre. Era una locura, no había sillas para todos, la gente estaba una encima de la otra”.

Muchos fans que hicieron cola temprano para el concierto no pudieron soportar el calor y terminaron cediendo su lugar, algunos tan débiles que tuvieron que ser evacuados en sillas de ruedas, dijo. Los que se quedaron se abanicaron durante todo el espectáculo mientras los trabajadores confiscaban botellas de agua y comida porque estos artículos no estaban permitidos dentro del estadio.

Durante el concierto, algunos asistentes comenzaron a cantar pidiendo agua, levantando botellas vacías en el aire para llamar la atención del cantante. 

Swift detuvo el espectáculo varias veces y solicitó desde el escenario a los organizadores que distribuyeran agua.

"Ella tomó medidas rápidas y eso podría haber influido", dijo Milad Haghani, experto en seguridad de multitudes de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia. "No sabemos si habría habido más víctimas si ella no hubiera llamado la atención sobre la situación en el campo".

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Las entradas para el espectáculo en Río de Janeiro se vendieron como entrada general, por lo que no se asignaron asientos a los asistentes individuales al concierto, lo que probablemente provocó una aglomeración en la cancha, afirmó. Las personas que acampaban durante días ya se habían expuesto a un exceso de calor. Una vez que se abrieron las puertas del lugar, se les incentivó fuertemente a apresurarse para conseguir un buen lugar, en lugar de comprar agua.

El calor extremo provocó un gran volumen de “quejas e incidentes” el 17 de noviembre, señaló en  un comunicado Time For Fun, la empresa organizadora del evento. La brigada militar de Río atendió a un total de 77 personas que no se sentían bien fuera del estadio, sostuvo un portavoz.

La policía ha iniciado una investigación para determinar si la empresa fue responsable de un "delito que puso en peligro la vida o la salud" de los asistentes, informaron este miércoles medios locales . 

"Reconocemos que podríamos haber tomado algunas acciones alternativas, adicionales a todo lo que ya hicimos", dijo el director ejecutivo de Time For Fun, Serafim Abreu, en X. “Sabemos que con el cambio climático que estamos atravesando estos episodios serán más frecuentes: todo el sector necesita repensar su situación ante esta nueva realidad”.

Swift dijo en Instagram que la muerte de Benevides la dejó con el “corazón destrozado”. 

Durante el espectáculo, Benevides experimentó problemas cardiorrespiratorios y una hemorragia pulmonar. Si bien esto último podría haber sido causado por el calor extremo, se necesitarán pruebas adicionales para determinar la causa de su muerte.

Las autoridades federales de Brasil revocaron la prohibición de llevar agua a los estadios y pidieron a los organizadores que permitieran la entrada de botellas para el segundo espectáculo de Swift en Río, que tuvo lugar el 20 de noviembre cuando las temperaturas en la ciudad costera bajaron.

Los problemas en el primer concierto son parte de una tendencia creciente en los eventos masivos, expresó Haghani. Durante un concierto de Ed Sheeran a principios de este año en Pittsburgh, Pensilvania, el calor extremo provocó que 17 personas fueran hospitalizadas por enfermedades relacionadas con el calor, incluidas caídas, convulsiones y paro cardíaco.

Los organizadores a veces pasan por alto las evaluaciones de riesgos de fenómenos meteorológicos a pesar de que son “fáciles de hacer”, dijo. "Tenemos herramientas confiables para predecir mejores medidas prácticas para mitigar esos riesgos".