La próxima semana se debiera retomar a plenitud la tramitación de la reforma de pensiones del gobierno del presidente Gabriel Boric. Con escasas expectativas de avanzar con la agilidad que quisiera el oficialismo, ya que en los últimos días no han sido pocos los representantes de la oposición que han dejado entrever que la negociación no será fáci. Sea cuál sea el resultado de este proceso –vea la luz o se sume al fatal destino de sus predecesores-, hay algunos parlamentarios tanto del oficialismo como de la oposición que serán clave en el debate.

En la Cámara de Diputados, donde la reforma de pensiones inició su periplo, y en el Senado hay parlamentarios, especialmente de las comisiones de Trabajo y de Hacienda, que ejercen cierta influencia que puede llegar a ser muy disuasiva sobre sus pares. De allí la importancia de que el Ejecutivo logre convencer de las bondades del proyecto a los que juegan este rol en la oposición. Aunque eludiendo entrar al detalle acerca de quiénes son las figuras de las que podría depender el avance de la iniciativa, la ministra del Trabajo Jeannette Jara asegura que “vamos a hacer todos los esfuerzos (para sacar adelante el proyecto) y vamos a conversar con todos”.

Hay parlamentarios que más allá de sus cargos serán aliados importantes para el Gobierno en el proceso de tramitación, según lo ven sus propios pares. Uno de ellos es el presidente de la Comisión de Trabajo y recientemente electo timonel de la Democracia Cristiana (DC), Alberto Undurraga. Desde hace varios meses, el Ejecutivo puso sus ojos en este diputado que pese a no conocerlo con anterioridad, ha tejido una relación cercana con el subsecretario Christian Larraín. Además, es el principal autor de la propuesta falangista en materia de pensiones (Bases de un Sistema de Pensiones) dado a conocer en abril pasado.

Pues bien, en el Gobierno habrían detectado una alta coincidencia entre ese documento y el proyecto ingresado; pero otro elemento que vuelve “fundamental” a Undurraga en el proceso de negociación es su “oficio”, pues tiene una larga trayectoria política y ha generado relaciones transversales en una Cámara donde la mayor parte son legisladores novatos.

Soto a la cancha

Junto con Undurraga, tendrá influencia en la tramitación de la reforma previsional el expresidente de la Cámara Raúl Soto (PPD), quien se integró a la Comisión de Hacienda en reemplazo del diputado independiente en la bancada del PPD Carlos Bianchi. Pero este diputado oficialista no se ha caracterizado por la docilidad con que se ha parado frente al Gobierno en algunas materias. Con todo, desde que llegó a la Corporación durante el Gobierno anterior le han ocupado los temas laborales. Así es como participó en la Comisión de Trabajo, que condujo durante unos meses, y desde allí adquirió un importante liderazgo en la reforma de pensiones del expresidente Sebastián Piñera a la que se opuso tenazmente.

Soto es un rebelde por naturaleza. De hecho, sus posturas contrarias o más radicales respecto a las de su partido en este y otros ámbitos lo llevaron a renunciar a la DC, realizando un corto peregrinaje que lo condujo al PPD. Ahora y tras pasar por una muy alabada gestión a la cabeza de la Corporación su figura resulta clave en esta negociación, pues ha generado lazos con todos los sectores. En paralelo, está el independiente PPD de la Comisión de Trabajo, Héctor Ulloa, quien es un firme entusiasta de la propuesta previsional del Ejecutivo, pero que no desconoce que para que avance será necesario conseguir acuerdos amplios y está en esa disposición. Ulloa y Undurraga trabajan muy en equipo.

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Otro oficialista que representaría la postura del Gobierno en esta negociación es el presidente del partido Convergencia Social, diputado Diego Ibáñez. De él se dice que “se ha metido harto en el tema previsional y será un importante aliado durante la tramitación”, especialmente por sus lazos con el Frente Amplio (FA) y el Partido Comunista (PC).

Según se comenta en el oficialismo, el Gobierno también tendría algunas esperanzas puestas  en el respaldo del Partido de la Gente (PDG). Ello, porque ha mantenido conversaciones con los diputados Víctor Pino –subjefe de bancada- y Rubén Oyarzo, ambos en cada uno de los dos sectores en que se dividió la bancada tras la elección de la presidencia de la mesa. Sin embargo, Oyarzo es visualizado por el oficialismo como el más propenso a llegar a acuerdos. Pero, además –recuerdan desde los partidos de gobierno-, el Ejecutivo tiene una carta bajo la manga para convencer al PDG y es el guiño que le hizo a la tienda al incluir el autopréstamo en el proyecto.

En Chile Vamos destacan tres nombres en la Cámara: Guillermo Ramírez (UDI) y los RN; Frank Sauerbaum y Miguel Mellado. Ramírez integra la Comisión de Hacienda, no obstante, ha liderado el debate sobre pensiones en su bancada y es escuchado en su sector. Se le considera un diputado serio y, por sobre todo, arrastra la fama del gremialismo en cuanto que si se logra sellar un acuerdo, se respetará. Mellado y Sauerbaum también integran Hacienda, pero este último también es parte de la Comisión de Trabajo, desde donde le ha dado bastantes dolores de cabeza al Gobierno, y tiene influencia en su bancada. En el oficialismo, sin embargo, sostienen que su relación no es muy buena con el gobierno, porque “se enoja muy rápido”, confiesa un diputado oficialista y el mismo parlamentario asegura que el Gobierno pone sus fichas en Mellado, quien se habría mostrado más dispuesto al diálogo.

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Lagos Weber, Galilea y Sepúlveda

En el senado, el listado es mucho más reducido. Si bien los presidentes de las Comisiones de Hacienda y Trabajo, senadores Juan Antonio Coloma (UDI) y Luciano Cruz-Coke (Evópoli) tienen importancia en este debate por los cargos que ostentan, en el caso de Coloma ejerce una influencia importante en Chile Vamos y es por lejos el senador más experimentado en el sector. En este contexto, en el Socialismo Democrático destacan al senador socialista integrante de Trabajo, Gastón Saavedra, como quien tendrá la misión de defender la reforma en esa comisión en el Senado.

Sin embargo, en el oficialismo aseguran que las cartas por las que apuesta el Gobierno para avanzar en las negociaciones en el Senado son el PPD e integrante de Hacienda, Ricardo Lagos Weber, y el opositor e integrante de Trabajo Rodrigo Galilea (RN). Respecto del primero se comenta que ha sido leal con el gobierno, sin dejar de plantear los temas en que cree que se equivoca; y se valora la influencia que ejerce en su sector y el permanente ánimo en la búsqueda de acuerdos. Lagos Weber siempre “está en todas” con el Gobierno, esgrime un parlamentario.

Respecto de Galilea, se comenta que desde el Ejecutivo existe confianza en que el senador de RN estará abierto a conversar, porque “es serio y responsable en sus apreciaciones”.

Y la otra carta con que cuenta el Ejecutivo es la senadora de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS) Alejandra Sepúlveda, quien se ha preparado expresamente en el tema de pensiones y tiene vínculos "amplios", además, es parte de Apruebo Dignidad, por lo que es una buena carta para negociar, confirma un parlamentario oficialista.