A mayor riesgo, mayor retorno. Es uno de los preceptos que gobiernan el mundo de las inversiones. Y es a lo que han estado apostando los inversionistas de renta fija en el último año, en busca de más rentabilidad en un ambiente generalizado de bajas tasas de interés.
Según cifras de LVA Indices, los spread –diferencial de tasa entre un papel y su benchmark– que más se han reducido en los últimos 12 meses corresponden a papeles en UF, con clasificaciones de riesgo BBB (ver tabla), con Ingevec, SalfaCorp y SMU a la cabeza.
“Está todo caro”, dice el portfolio manager de Nevasa, Eduardo Santana, para quien en un entorno de rendimientos bajos, “los inversionistas están dispuestos a asumir más riesgo por una mayor tasa”.
Desde Vector Capital, el operador Agustín Lara concuerda con el diagnóstico. El hecho de que los mayores cambios se vean en papeles en UF, acota, se debe a las expectativas de un repunte en la inflación: “La inflación proyectada está en torno al 3%. Esto genera mayor demanda por papeles indexados a la inflación”.
Esta lógica ha dejado su marca en los rendimientos base: mientras los benchmark en pesos han subido 11 puntos base (pb) en el tramo de cinco años y caído 5 pb en el de diez, los indexados han caído fuertemente, con una baja de 41 pb para el BCU-5 y de 32 pb para el BCU-10.
Entre las compañías que más han visto caer sus diferenciales de tasas hay dos constructoras, Ingevec y SalfaCorp, un sector ligado íntimamente al ciclo económico local, en un contexto en que se espera una recuperación. Para Lara esto es clave en que los tres bonos más apreciados sean de estas firmas y los dos siguientes de la supermercadista SMU. “Debemos considerar que estas compañías están directamente relacionadas con el consumo”, explica.
Además, acota que también ha jugado un rol relevante la base comparativa a nivel de tasas, con un spread bajo en los títulos de mayor clasificación de riesgo. Mientras los bonos con “nota” AAA vienen de 70 puntos base de spread, los BBB bajan desde 280 pb.
Eso sí, Santana destaca que hay que considerar el factor de liquidez. Ingevec, por ejemplo, registra sólo $ 542 millones en operaciones en los últimos 12 meses, y la última transacción fue en abril. El bono serie D de SMU se transó cinco veces en febrero de este año y nada más. “Se han movido más por valorización que por transacciones”, dice Santana, para quien las compresión de spread van más por la clase de activos que por las empresas en sí mismas.
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