La Comisión Europea (CE) amplió hoy su
ayuda humanitaria para las víctimas del conflicto de Georgia con un
nuevo paquete de US$7,4 millones, que se suman al millón
concedido tras el estallido de las hostilidades.
Los fondos europeos, gestionados a través de las agencias de
Naciones Unidas y la Cruz Roja, servirán para hacer llegar a la
población alimentos, refugio y equipos sanitarios y medicinas, entre
otros materiales de primera necesidad.
Además, la ayuda se destinará también a la desactivación de minas
y a programas para advertir a la población, en especial a los niños,
del riesgo de este tipo de artefactos, explicó un portavoz de la CE.
La asistencia comunitaria beneficiará a la población desplazada
en el interior de Osetia del Sur, a los habitantes de la ciudad
georgiana de Gori y sus alrededores, a los afectados por los
combates en Abjasia y a los osetas refugiados en Rusia.
Sin embargo, según explicó en un comunicado el comisario europeo
de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, "el acceso a las
zonas afectadas por el conflicto sigue siendo la principal
limitación" para la asistencia europea.
En este sentido, Michel instó a las autoridades rusas a "asegurar
que los trabajadores de las agencias de ayuda humanitaria tengan un
acceso completo y seguro" a las víctimas.
Varios expertos de la Comisión se encuentran en la región para
evaluar las necesidades de la población y coordinar las actividades
humanitarias y el uso de los fondos europeos.
Además, la UE ha activado su Centro de Información y Control
(MIC, por sus siglas en inglés), que gestiona de forma conjunta las
operaciones de los servicios de protección civil de 30 países con el
objetivo de movilizar recursos para asistir a los afectados por la
guerra.
Hasta el momento, la República Checa, Estonia, Letonia, Francia,
Gracia, Hungría, Austria, Lituania, Polonia, Suecia y Eslovaquia han
enviado ayuda a Georgia a través de este mecanismo.