El presidente del Banco
Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, afirmó hoy que la raíz
de los problemas a los que se enfrentan muchas de las instituciones
financieras afectadas por las turbulencias del mercado está en la
incapacidad de éstas al calcular los riesgos de sus operaciones.
"Las imperfecciones en los sistemas de gestión de riesgo han
demostrado ser factores determinantes en la acumulación de riesgos a
largo plazo y que no fueron debidamente identificados a tiempo",
dijo Trichet al recoger hoy en Fráncfort el premio al "Banquero del
año 2007".
El presidente del BCE también criticó la falta de transparencia
con la que se han hecho muchas operaciones financieras y la maraña
de productos difícilmente identificables por los participantes en el
mercado creada.
Recordó que el sistema financiero está integrado globalmente y en
consecuencia actúan como vasos comunicantes, de ahí, destacó, la
importancia de una cooperación estrecha entre bancos centrales.
Aludió en ese sentido al acuerdo que el BCE y otros bancos
centrales mantiene con la Reserva Federal estadounidense (Fed),
cooperación que está permitiendo inyectar de forma coordinada
liquidez a los mercados en dólares.
Recordó, sin embargo, que el BCE hace una distinción muy rigurosa
entre política monetaria y el abastecimiento de liquidez.
Precisó que la política monetaria se orienta a medio plazo y
tiene como objetivo la estabilidad de los precios, mientras que la
política de liquidez es mantener el mercado monetario en los
márgenes de los tipos de interés.
Se espera que el BCE mantendrá el próximo jueves los tipos de
interés de la zona del euro en el 4,25 por ciento debido a las
presiones inflacionistas, prevén los mercados.
El banco europeo subió las tasas por última vez a comienzos del
pasado mes de julio de forma moderada para hacer frente a las
presiones inflacionistas derivadas del encarecimiento de la energía
y de los alimentos.
Pese a que la tasa de inflación de la zona del euro bajó en
agosto dos décimas, hasta el 3,8 por ciento, respecto al mes
anterior, todavía se sitúa a un nivel alto.
Además, las expectativas de inflación también son elevadas y se
alejan de la definición de estabilidad de precios del BCE, que es
una tasa cercana pero siempre por debajo del 2 por ciento.