El Senado de Estados Unidos aprobó el plan de rescate
financiero por US$700.000 millones, en una esperada sesión, luego que el lunes la Cámara de Representantes
rechazara el proyecto.
A última hora de la jornada, los senadores entregaron 74 votos a favor y 25 en contra. Por partido, la votación de los demócratas fue 40 a favor y 10 en contra, mientras que por el lado republicano fueron 34 contra 15.
Ambos candidatos a la presidencia, Barack Obama (Demócrata) y John McCain
(Republicano) votaron a favor del rescate, como habían anunciado anteriormente.
Los dos presidenciables habían hecho reiterados llamados durante los últimos días
a sus partidos para que aprobaran el documento.
Ahora, el proyecto debe volver a la Cámara de Representantes, que votarían nuevamente el viernes.
Qué dice el plan
Tras el rechazo del lunes, el Senado incorporó nuevos puntos al documento, como
alivios fiscales y medidas que benefician al ciudadano medio relacionadas con
la protección de los depósitos bancarios y medidas sanitarias.
El eje central del acuerdo es la capacidad del
Tesoro para adquirir la deuda de mala calidad de los bancos por un importe de
hasta US$700.000 millones.
De ellos, podrá usar US$250.000 millones inmediatamente y otros US$100.000 millones si el
presidente de Estados Unidos, George W. Bush, determina que los necesita.
El Congreso puede retener los otros US$350.000 millones si no está satisfecho con
el desempeño del programa
Las medidas principales que se añadieron en el Senado son las siguientes:
- Se eleva de US$100.000 a
US$250.000 la garantía que se aplica a los depósitos de los clientes
bancarios cuando una entidad se ve abocada al cierre o a la quiebra. Es medida
tiene por objeto mantener la confianza en el sistema bancario y evitar la fuga
de dinero de una entidad a otra.
- Millones de contribuyentes con ingresos medios se beneficiarán de la exención
a la llamada "Tasa Mínima Alternativa", una norma que, en general,
implica impuestos más elevados.
- Se conceden desgravaciones fiscales y otros incentivos para las empresas o
particulares que inviertan en energías renovables, como plantas solares o
eólicas, producción de etanol celulósico, o en la compra de coches eléctricos o
híbridos.
- Se otorgan exenciones fiscales para las empresas que inviertan en nuevos
mercados, en investigación y desarrollo, así como a los pequeños comercios y
restaurantes que inviertan en mejoras.
- Se da autoridad a la
Comisión de Valores estadounidense para prohibir la práctica
conocida como "mark to market", que permite a las entidades asignar a
un bien el valor de mercado.
Estas medidas se unen a otras ya contenidas en el programa, como las
siguientes:
-Los contribuyentes recibirán derechos de compra de acciones (warrants), con lo
que se beneficiarán si las empresas que reciben la ayuda se recuperan.
-El Gobierno limitará los ingresos de los directivos de las compañías
participantes en el programa. Los jefes de empresas en quiebra no podrán
recibir beneficios multimillonarios cuando sean despedidos, los cuales se
conocen en el argot financiero estadounidense como "paracaídas
dorado". El Gobierno también elevará los impuestos a firmas que paguen a
sus directivos por encima de US$500.000 al año.
-Se establecerá un consejo de supervisión del programa, que incluirá al
presidente de la
Reserva Federal, el de la Comisión del Mercado de Valores, el director de la Agencia Federal de
Financiación de Viviendas y el secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano.