El presidente francés, Nicolas Sarkozy, declaró hoy
que "hemos pasado a dos dedos de la catástrofe" con la crisis
financiera, que "no ha terminado" y que requiere "revisar a
fondo el sistema financiero y monetario mundial".
En un discurso ante varios miles personas en la ciudad francesa de Toulon y que
despertó gran espectativa en toda Francia, Sarkozy prometió a los franceses que
el Estado garantizará el sistema financiero del país, a la vez que advirtió de
que la crisis afectará al crecimiento económico, al empleo y al poder
adquisitivo.
Aludió a su propuesta, respaldada por su colega alemana, Angela Merkel, de
celebrar a fin de año una reunión de jefes de Estado de los países más
afectados a fin de "coordinar nuestros esfuerzos para restablecer la
confianza", porque, dijo, la falta de confianza es la principal amenaza.
Abogó por una revisión del sistema financiero y monetario como "la que
hizo Bretton Woods tras la
Segunda Guerra Mundial" porque esta crisis financiera
"marca el fin de un mundo" y destacó: "hemos financiado al
especulador en lugar del empresario", cuando debió ser al contrario.
"Ha habido demasiado abuso, demasiado escándalo", lamentó y subrayó
que hay que reglamentar y regularizar el sistema, porque la autorregulación
"se ha acabado".
Para Sarkozy, "la moneda está en el corazón de la crisis financiera"
y "hay que poner fin al desorden de la moneda".
El presidente francés hizo un llamamiento a Europa para que haga una
"reflexión colectiva" sobre la necesidad de dotarse de medios para
actuar cuando es necesario.
Invitó a sus colegas europeos a reflexionar sobre competencia y sobre los
instrumentos de la política económica y afirmó que "cuando el mundo
cambia, Europa debe cambiar".
A continuación formuló la pregunta de sobre qué hubiese pasado si lo que ha
ocurrido en EEUU hubiese pasado en Europa, ¿con qué rapidez se hubiese
afrontado la situación?, cuestiones estas que dijo que llevará a discusión en
el Consejo Europeo del próximo 15 de octubre.
"Ha sido una locura y el precio se paga hoy", dijo Sarkozy, quien
insistió en que "los responsables de esta naufragio" deben ser
"sancionados, al menos financieramente" porque la "impunidad
será inmoral".
"No podemos contentarnos con hacer pagar a los accionistas, los clientes y
los asalariados más modestos exonerando a los principales responsables",
añadió.
Para el conservador Sarkozy, el sistema que se tambalea a nivel mundial no es
la crisis de la economía de mercado ni el capitalismo, porque ambos casos
contemplan una regulación, "una ética, una moral".
"Podemos salir (de la crisis) más fuertes si cambiamos nuestra forma de
pensar y de comportarnos", dijo al indicar que eso pasa por refundar el
capitalismo sobre el trabajo y el esfuerzo, una nueva relación entre la
política y la economía, porque "el dejar hacer" ha terminado",
sentenció.
Sobre Francia, Sarkozy anunció una "revolución cultural" que
comportará la disminución del gasto público y el recorte de 30.000 empleos
públicos.
En cuanto al Gobierno, estará atento y jugará un papel activo, prometió Sarkozy
y advirtió: "ningún fondo podrá escapar al control de la autoridad".
Tras señalar que la crisis es "estructural" y que "debemos
anticiparnos a los cambios", Sarkozy afirmó que en estas condiciones no
llevará a cabo una política de austeridad porque "agravaría la
recesión", ni tampoco se debe castigar a las empresas, sino que hay que
alentar la inversión privada.
"Francia no saldrá (de la crisis) invirtiendo menos sino más", dijo
el presidente francés, que expresó su confianza en los franceses y en el país
para salir de la crisis.