El candidato presidencial demócrata,
Barack Obama, instó hoy al Senado a que apruebe el plan de rescate
financiero de US$700.000 millones, al advertir que "no es
solo una crisis de Wall Street, es una crisis estadounidense".
"Estamos en una situación muy peligrosa, en la que las
instituciones financieras en todo el país temen prestar dinero...
eso significa que si no actuamos será más difícil para los
estadounidenses" conseguir préstamos, explicó Obama durante un
discurso en el pleno del Senado, horas antes de la votación del
plan.
Obama pintó un escenario en el que la crisis financiera tendría
un efecto dominó en toda la economía nacional: si los negocios no
consiguen préstamos, no podrán pagarle a sus empleados; si éstos son
despedidos, no podrán pagar sus cuentas.
"Podríamos ver el cierre de miles de negocios, la pérdida de
millones de empleos, a lo que seguiría una larga y dolorosa
recesión. En otras palabras, esta no es solo una crisis de Wall
Street, es una crisis estadounidense", advirtió el senador demócrata
por Illinois.
Obama dijo entender la reticencia de muchos legisladores en torno
al plan, pero destacó que la versión ante el Senado, aunque no es
perfecta, incluye protecciones para los contribuyentes.
Agregó que el tiempo apremia y "no podemos darnos el lujo de
correr el riesgo de que la economía de Estados Unidos y, por
consiguiente, de la economía mundial se hunda en un hoyo muy, muy
profundo".
Tanto Obama como su rival republicano, John McCain, han regresado
a Washington para el voto clave de esta noche.
Según fuentes legislativas, desde 2007 y debido a la campaña
electoral, Obama ha perdido 137 votos en el Senado y McCain, un
total de 173.
El voto llega dos días después de que la Cámara de Representantes
rechazara un proyecto que muchos votantes ven como un
multimillonario plan de rescate para una industria financiera que ha
pecado de irresponsabilidad y avaricia.
El proyecto de ley revisado que se someterá hoy a votación
aumenta las garantías de los depósitos bancarios hasta los US$250.000, frente a los US$100.000 actuales, e incluye también un
programa de alivio fiscal para los pequeños empresarios.