Los presidentes de Brasil, Luiz
Inácio Lula da Silva, y de Venezuela, Hugo Chávez, admitieron hoy
que la crisis financiera internacional es la más grave en muchos
años y puede afectar a todos los países, al tiempo que dijeron estar
haciendo fuerza para que Estados Unidos la resuelva.
Ambos mandatarios se refirieron a la gravedad de la crisis, que
consideran una de las peores en la historia de la humanidad, en la
conferencia de prensa que dieron tras una reunión bilateral en la
ciudad amazónica de Manaos, en el norte de Brasil.
"Tenemos (con Chávez) el mismo pronóstico: la crisis es muy seria
y tan profunda que no sabemos el tamaño. Tal vez sea la mayor en la
historia del mundo", afirmó Lula.
"La crisis es interminable. Nadie sabe en dónde termina. Están
cerrando bancos hasta en Alemania, Holanda y Luxemburgo. Ojalá que
la crisis no afecte a ningún pueblo. Ojalá que Estados Unidos
consiga resolverla rápido", dijo por su parte Chávez.
El presidente brasileño agregó que tanto él como Chávez quieren
"el bien del pueblo de Estados Unidos".
"Nadie merece esta crisis. Quiero que el Gobierno, el Congreso y
el pueblo de EE.UU. encuentren rápido una salida y no permitan que
las elecciones (presidenciales) de noviembre próximo afecten las
decisiones que tienen que tomar y que la crisis se transfiera a
otros países", manifestó Lula.
En ese punto, Chávez también coincidió con Lula e incluso expresó
su confianza en que el Congreso de EE.UU. apruebe el plan de rescate
financiero del Gobierno de George W. Bush.
"Nosotros no le deseamos eso a nadie. Ya la tuvimos (una crisis).
Ojalá que se pongan de acuerdo y apruebe el plan del presidente
Bush. Ojalá consigan una fórmula para que ellos salgan de la crisis
y para que la misma no siga expandiéndose por el mundo como un
incendio, como un espectro", agregó el venezolano.
Chávez admitió que tanto Brasil como Venezuela están muy
preocupados con los efectos de la crisis, de la que en su opinión
ningún país está a salvo, aunque agregó que las economías
suramericanas están en mejor situación que cuando enfrentaron otras
situaciones parecidas.
"Como dijo Lula, por más que estemos preocupados, tenemos que
darle gracias a Dios porque en los últimos años tomamos las medidas
que nos dan hoy un sólido nivel de protección", manifestó Chávez.
Recordó que las reservas brasileñas llegan a 200.000 millones de
dólares y las venezolanas a 40.000 millones.
"Nuestros bancos están fortalecidos", afirmó Chávez al referirse
a sus "contrafuegos" contra el incendio que avanza.
"Antes nuestros países estaban muy frágiles y cuando Estados
Unidos estornudaba a Brasil y a Venezuela les daba un resfriado.
Ahora EE.UU. es la que está en crisis, Europa con problemas de
crecimiento y nosotros en una situación más tranquila. No significa
que no corramos riesgos. Una recesión grave en esos países trae
riesgos", dijo Lula.
Agregó que Brasil está más sólido debido a que hizo sus tareas
económicas y a que está tomando medidas para que no disminuya el
crédito ni la inversión, y para garantizar el crecimiento interno.
Dijo además que el Gobierno vigila las finanzas de los estatales
Banco de Brasil y Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social
(BNDES) y que, hasta ahora, no ha detectado problemas de crédito a
las exportaciones brasileñas.
"Estoy tranquilo pero sigo el asunto con preocupación. Estoy
preocupado porque Brasil es un país exportador y quiere continuar
creciendo. La crisis puede provocar problemas de crédito en todo el
mundo", afirmó.
Pese a admitir sus preocupaciones, Chávez dijo que ni Brasil ni
Venezuela montaron gabinetes de crisis y aseguró que quien necesita
de ello es el presidente de EE.UU.
Tras la reunión bilateral, los dos gobernantes tenían previsto
participar en un almuerzo con sus homólogos de Bolivia, Evo Morales,
y Ecuador, Rafael Correa.