Washington
El Pentágono ha rescindido contratos de servicios de TI por un valor de US$ 4mil millones con empresas como Deloitte, Accenture y Booz Allen Hamilton como parte de la purga del gasto en consultoría de la administración Trump.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, determinó que los contratos eran “gastos no esenciales en consultores externos” que podrían ser llevados a cabo de manera más eficiente por empleados del Pentágono, según un memorando que emitió el jueves.
Hegseth afirmó que los contratos representaron un gasto innecesario de US$ 5.100 millones y que las cancelaciones resultarían en un ahorro estimado de casi US$ 4 mil millones. Ya se han desembolsado más de US$ 1.000 millones.
El Pentágono canceló los contratos que Accenture, Deloitte, Booz Allen y otras empresas tenían con la Agencia de Salud de Defensa y finalizó un contrato separado de la Fuerza Aérea con Accenture.
Hegseth también ordenó el término de otros 11 contratos de consultoría que “apoyan la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), el Clima, la respuesta al Covid-19 y otras actividades no esenciales”.
Pese a los recortes, el Presidente Donald Trump y Hegseth prometieron este mes el primer presupuesto de un US$ 1 billón (millón de millones) para el Departamento de Defensa.
Los recortes de contratos se producen en medio de ataques cada vez más enconados contra los grupos de consultoría por parte de la Administración de Servicios Generales, que ayuda a coordinar las compras del Gobierno.
El mes pasado se pidió a 10 empresas importantes, entre ellas Deloitte, IBM y Booz Allen, que identificaran ahorros potenciales como parte de una “revisión del gasto de consultoría”, pero la administración consideró que sus respuestas eran “insultantes”.
Como resultado, las empresas recibieron una nueva fecha límite del 18 de abril para identificar más recortes, reestructurar los contratos a modelos “basados en resultados” o de “ahorros compartidos” y ofrecer al gobierno federal un “crédito” por lo que la GSA considera que fueron ingresos excesivos durante los años de Biden.
En un podcast del mes pasado, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, señaló a Booz Allen, que obtiene casi todos sus ingresos de contratos gubernamentales, como una de las empresas involucradas en una supuesta “estafa” y dijo que reducir los contratistas gubernamentales sería una de las mayores fuentes de ahorro de la administración.