Volkswagen llegó a un acuerdo para terminar con una amarga disputa con dos proveedores que causó una disrupción amplia en sus fábricas en Alemania, incluyendo un freno a la producción de sus modelos estrella Golf y Passat.
La disputa llegó en momentos sensibles para la automotriz, mientras busca superar el escándalo de emisiones diésel del año pasado, que generó una pérdida récord de 1.600 millones de euros en 2015. CarTrim, un fabricante de asientos, y ES Automobilguss, productor de piezas para cajas de cambio, dejaron de vender productos a VW para los modelos Golf y Passat en la primera semana de agosto, y los proveedores mantuvieron esta postura incluso luego de que una corte regional les ordenara continuar con las entregas.
Esto causó una disrupción de gran escala en seis de las fábricas alemanas de VW, incluyendo el cierre de su planta en Emden -que fabrica el Passat- y un freno en la producción del Golf en la línea de armado de la casa matriz en Wolfsburg. Casi 28.000 trabajadores vieron reducidas sus horas por la escasez de componentes.