Dos décadas antes de que Donald Trump contratara a Stephen Bannon, director de un sitio web conservador llamado Breitbart News, para que se convirtiera en director ejecutivo de su campaña presidencial, este ex oficial de marina ya estaba adoptando la mentalidad “pirata” que lo ha ayudado a convertirse en la figura más importante en la operación política republicana.
A principios de 1998 Bannon tomó una llamada urgente de Scot Vorse, un compañero de la Escuela de Negocios de Harvard y socio en el banco de inversión boutique que había establecido en Beverly Hills. Vorse había oído que Seagram, un negocio de tragos y entretención, estaba intentando comprar a uno de los clientes del banco, la empresa de música y películas PolyGram. Al cabo de unas horas, los amigos estaban en un vuelo de madrugada de Los Angeles a Nueva York, donde los ejecutivos de PolyGram estaban reunidos.
El par convenció a los jefes de PolyGram que los dejaran quedarse temporalmente en sus oficinas mientras ellos competían con banqueros del establishment para ingresar a las negociaciones. Vorse dice que su oportunidad llegó cuando un legendario banquero de Wall Street desestimara su versión de que eran cercanos al príncipe Alwaleed bin Talal, un potencial inversionista saudí. Usando la táctica energética que casi ciertamente convenció a Trump, Bannon le dijo a Alain Levy, el presidente de PolyGram, que descubriera la verdad por sí mismo.
“Steve dijo ‘¿por qué no vas y llamas al tipo del príncipe y le preguntas quién es más cercano al príncipe?’”, recuerda Vorse. “Diez minutos después, Levi regresa y dice ’ustedes son el tipo’. Muestra agresividad, no aceptar un no como respuesta”. Vorse argumenta que es por esto que Bannon, un pendenciero irlandés-americano, es la persona perfecta para ayudar a Trump.
Su nombramiento marcó la segunda reestructuración del equipo de Trump en la misma cantidad de meses, y fue seguida por la renuncia de Paul Manafort, un lobbista veterano que había estado al mando. Trump ha sido superado por Hillary Clinton en encuestas reciente debido a su retórica divisiva. Pero la contratación de Bannon aumenta el espectro de que Trump planea redoblar el populismo descarado y tosco que caracterizó el éxito del inicio de su campaña.
Un fanático de los deportes competitivos a quien le gusta el fútbol americano universitario y el golf, Bannon, de 63 años, nació en Virginia y se describió a sí mismo en una entrevista el año pasado como proveniente de “una familia de demócratas obreros, irlandesa católica, pro Kennedy y pro unión”. Se ha escrito poco sobre su vida privada, aunque tiene tres hijos, incluyendo a una hija que se graduó de West Point. Ha experimentado una serie de reinvenciones, desde participante privilegiado hasta foráneo que lanza piedras. Después de graduarse de Virginia Tech, pasó cuatro años en la marina antes de obtener un MBA de Harvard. Trabajó en Goldman Sachs como banquero de inversiones antes de fundar Bannon & Company.
Bannon se hizo cargo de Breitbart News, donde es presidente ejecutivo, en 2012 después de la muerte de su fundador, Andrew Breitbart. Ha descrito el sitio web de Breitbart, que se estima que tiene 12 millones de visitantes únicos mensuales, como un “club de la pelea” que es “virulentamente anti establishment”. Sus partidarios dicen que su estilo combativo refleja al de Trump y que ha usado por mucho tiempo a Breitbart para promover ideas, incluyendo combatir la inmigración ilegal, a lo que el magnate apeló en su camino para convertirse en el nominado republicano.
Un año antes de la irrupción de Trump y dos años antes del voto a favor del Brexit en el Reino Unido, Bannon, quien creó una filial británica de Breitbart, dijo que “había una creciente rebelión global anti establishment en contra de la clase política permanente”, desde Texas hasta Londres. El día después de contratar a Bannon, Trump tuiteó: “pronto me llamarán el SR. BREXIT!”.
Algunos partidarios aseguran que mientras Bannon impulse causas conservadoras, él y Trump son luchadores que privilegian los resultados sobre la pureza ideológica. “No me sorprendió que Breitbart (bajo la dirección de Bannon) se haya inclinado por Trump. ¿Quién es Trump? Un estadounidense y patriota a quien le importa lo que pase en el país”, dijo David Horowitz, un conservador que escribe para Breitbart. “Bannon es un luchador y Trump es un luchador, y eso es a lo que la gente está respondiendo”.
Pocos están en desacuerdo con que Bannon sea un luchador tenaz, lo que según Vorse lo demuestran sus logros en Bannon & Company, que luego fue adquirida por Société Générale. “Representamos a Samsung, Berlusconi, MGM, Westinghouse, al príncipe Alwaleed, a PolyGram. Eso es impresionante para dos personas. Steve era el que hacía todo para asegurarse que llegáramos hasta ahí. No se ingresa solamente siendo agresivo. Tienes que ser encantador”.
Críticos dicen que ese encanto es parte de la personalidad de Jekyll y Hyde que no admite la disidencia. “No hay una persona que no haya estado en el extremo depresivo de la diatriba de Steven Bannon”, asegura Ben Shapiro, ex editor de Breitbart que renunció luego de que Bannon se negara a respaldar a una integrante del equipo presuntamente maltratada por Corey Lewandowski, para entonces jefe de campaña de Trump, y que luego fue despedida. “No es una persona fácil para trabajar y está orgulloso de eso”.
Shapiro considera que Bannon parece ser el populista nacionalista que él profesa ser, pero no se preocupa por las opiniones tradicionales conservadoras sobre la Constitución o límites del gobierno. “Trump no tiene valores básicos y no creo que Steve los tenga”, expresa Shapiro.
Kurt Bardella, antiguo vocero de Breitbart que también renunció tras la controversia con Lewandowski, afirma que Bannon dirigía el sitio como un “dictador”, en términos de intervención directa y “la inserción de su propia narrativa con el propósito de aumentar el veneno que juega con los temores de la audiencia “.
Bardela concluye que la colaboración es de beneficio mutuo. En Breitbart, el magnate obtuvo un medio de comunicación dispuesto a difundir piezas nada críticas sobre su campaña, mientras que Bannon podría usar a Trump para hacer a Breitbart más influyente e impulsar su propio papel en la política.