El presidente de Rusia, Vladimir Putin, acusó a las fuerzas ucranianas de una incursión criminal en Crimea, en una repentina escalada del conflicto entre el Kremlin y Kiev, más de dos años después de que la península fuera anexada por Moscú.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB por su sigla en ruso) dijo ayer que había frustrado “ataques terroristas” preparados por la inteligencia militar ucraniana en contra de infraestructura en el territorio, con el objetivo de perturbar las elecciones parlamentarias rusas del 18 de septiembre. Kiev negó las acusaciones.
Siguiendo las afirmaciones de FSB, Putin dijo que se retiraba de las negociaciones internacionales de paz sobre el conflicto en el este de Ucrania. El jefe de Estado dijo que no estaba preparado para reunirse con su similar ucraniano, Petro Poroshenko, y los líderes alemanes y franceses en el llamado formato Normandía, que ha sido utilizado para las negociaciones desde 2014. Putin insinuó sobre un posible encuentro al margen de la cumbre del G20 en China, a principios del próximo mes.
“Aparentemente, las personas que tomaron el poder en Kiev y continúan teniendo control, en vez de buscar compromisos, en vez de buscar vías para un acuerdo pacífico, han decidido seguir la práctica del terror”, dijo Putin.
El FSB, organización sucesora del Comité para la Seguridad del Estado (KGB), reclamó que uno de sus oficiales y un soldado ruso fueron asesinados cuando frustraban el plan ucraniano el fin de semana pasado. Kiev, en tanto, insistió en su compromiso por recuperar Crimea y la región escindida Donbass, apoyada por Rusia, por la vía política y no la militar.
Aumenta el temor
Los reclamos de Moscú elevaron el temor en Kiev de que Rusia pudiera tomar represalias militares, y llevara a la región de nuevo a una guerra y forzara a Ucrania a luchar en dos frentes. La política arriesgada llega en medio de un repunte de los combates entre las fuerzas de Kiev y los separatistas prorrusos.
El FSB dijo que el soldado ruso perdió la vida en un intercambio de disparos con la armada ucraniana a través de la frontera que ahora separa a Crimea del resto de Ucrania, un nivel de enfrentamiento que no se había visto desde la anexión. Moscú dijo que había arrestado decenas de personas, incluyendo a un oficial de inteligencia militar ucraniano.
La inteligencia ucraniana negó que uno de sus oficiales hubiese sido capturado y las autoridades aseguraron que los reclamos rusos de una conspiración eran infundados. “Negamos esta información”, dijo Yuriy Tandit, asesor del servicio de seguridad. El ministerio de Defensa negó que fuerzas gubernamentales dispararan contra posiciones rusas en la península.