Renuncia de Conte como primer ministro de Italia abre la puerta a una nueva crisis interna y con la UE
La disputa política se produce justo cuando el país necesita elaborar un presupuesto para el año 2020, que cumpla con las reglas de la Comisión Europea y evite un alza abrupta del IVA.
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Después de 14 meses intentando mantener unida a una coalición disfuncional entre la Liga de ultraderecha y el movimiento anti-establishment Cinco Estrellas, Giuseppe Conte tiró la toalla.
“Este gobierno termina aquí”, dijo ayer ante el Senado de Roma, formalizando su renuncia como primer ministro de Italia.
Italia ahora enfenta meses de incertidumbre política justo cuando necesita elaborar un presupuesto para el año 2020 que cumpla con las reglas de la Unión Europea (UE) y evite un aumento potencialmente devastador en el Impuesto al Valor Agregado, o IVA (que debería empezar a regir en enero, a menos de que no se encuentren ahorros de gasto que compensen).
El país fue arrastrado a esta crisis hace 12 días, cuando Matteo Salvini, el líder del partido la Liga y viceprimer ministro, percibió la oportunidad de capitalizar su disparada popularidad y demandó nuevas elecciones.
A pesar de sus insinuaciones recientes, incluyendo las de ayer, de que los dos socios de la coalición podrían ser capaces de resolver sus diferencias, la alianza parece haber llegado a su fin. La confianza se ha evaporado. Cinco Estrellas ahora describe a Salvini como una persona “que no es de fiar”.
En un discurso a senadores digno de un político, Conte atacó a Salvini, acusándolo de “oportunismo político” y de mostrar “una falta seria de cultura constitucional” al poner al país de rodillas cuando el Parlamento estaba en su receso de verano. Criticó el hábito del líder de ultraderecha de apretar un rosario en sus discursos y debates.
También puso sobre la mesa acusaciones de que la Liga había solicitado financiamiento ilegal para el partido de parte de Rusia.
Sentado al lado derecho del primer ministro, Salvini sacudió su cabeza y volteó sus ojos. En el otro costado, Luigi Di Maio, el líder de Cinco Estrellas, apenas pudo disimular una sonrisa de satisfacción.
Juego en contra
Cuando desintegró la coalición a principios de este mes, mientras hacía campaña en las playas italianas, Salvini estaba seguro de precipitar elecciones anticipadas y ganarlas. Ha probado ser más complicado. El calendario no estaba bajo su control.
La idea de una coalición entre Cinco Estrellas y los Demócratas de centroizquierda, dos partidos que se odian, ha ganado más impulso de lo esperado, aumentando la posibilidad de que la Liga pueda quedar excluida del poder por años.
Salvini tuvo la oportunidad de derribar al gobierno tras la victoria enfática de la Liga en las elecciones al Parlamento Europeo a fines de mayo, pero titubeó.
En cambio, hizo su jugada cuando el Parlamento no estaba sesionando, dándole a sus rivales tiempo para regruparse. Sigue cabalgando alto, pero ya no parece un genio táctico. Su discurso en el Senado en respuesta a Conte sonó, curiosamente, nada preparado.
Escenarios a la vista
Lo que pase ahora depende de Sergio Mattarella, el presidente italiano.
Tras realizar consultas con los líderes de los partidos, podría pedir a Conte formar otro gobierno; podría buscar una administración temporal que apruebe el presupuesto si hay respaldo para tal opción en el Legislativo; o podría convocar elecciones anticipadas, posiblemente a fines de octubre.
Puede que decida que un regreso a las urnas es inevitable. Podría tomar meses para resolver una coalición viable entre Cinco Estrellas y el Partido Demócrata, y éste último está muy dividido por tal idea.
Trabajar sobre un presupuesto podría exponer esas tensiones. Y un gobierno así probablemente no sería más estable que la administración saliente.
Salvini ya está retratando la idea como una estrategia cínica del establishment político para mantenerlo fuera del poder.
El líder de la Liga se adelantó a los procedimientos de ayer del Senado con la promesa de un paquete de estímulo de 50 mil millones de euros (US$ 55.535 millones) en el presupuesto 2020, que debe presentarse en forma resumida a la Comisión Europea a mediados de octubre y promulgada por el Parlamento antes de fin de año.
Si habla en serio, esto podría llevar a una confrontación desastrosa con la UE, considerando la montaña de deudas que tiene Italia. Muestra lo que está en juego.